Dibujo original de Linn Margulis
Foto y esquema de una mitocondria imagen de: www.cnho.wordpress.com
Ella arguye que tanto las mitocondrias como los cloroplastos conservan su ADN particular, el que tenían cuando eran independientes, pero resulta que en el ADN de las mitocondrias y los cloroplastos hay unas zonas llamadas “intrones” que son propios de las células eucariotas, el ADN de las procariotas no tiene intrones, y a esto hay que añadir que las mitocondrias y los cloroplastos si se extraen de la célula, perecen. Y también resulta que las células eucariotas si se les quitan las mitocondrias o los cloroplastos, respectivamente, mueren, ¡cómo podían estar vivas cuando se les coló la primera mitocondria o el primer cloroplasto?.
Esta señora olvida lo que es un organismo y lo desarma en piezas como si pudiese vivir sólo un trozo.
Por otro lado, y en lo referente al flagelo, ella ha buscado un organismo que se mueve como un flagelo, la llamada espiroqueta, y plantea que introdujo una parte dentro de la bacteria y el resto quedó fuera y así vino a la existencia la bacteria flagelada.
Pero resulta que los flagelos bacterianos están formados principalmente por una proteína llamada tubulina, y resulta que la espiroqueta no está formada por proteínas de esa familia, por lo que parece que la endosimbiosis es más bien las ganas que ella y sus seguidores tienen de que haya sido así.
Esquema de los tipos de proteínas que forman un flagelo bacteriano. Imagen de: www.artigoo.com
Por si fuera poco, resulta que el flagelo bacteriano tiene una complejidad exquisita, y está formado por un variado tipo de moléculas que se organizan de modo semejante a como lo hacen los engranajes de un motor fuera borda; hay proteínas que hacen el papel de rotor, otras de cojinetes, otras de retenes, otras de interruptores, de freno etc. Este ejemplo del flagelo bacteriano ha sido usado bastante por los partidarios del diseño inteligente. Por supuesto todo esos tipos de proteínas no existen en las espiroquetas.
Por lo que parece que la eminencia mundial sólo ha buscado una posible solución al gran reto teórico que supone para los evolucionistas el salto entre el organismo procariota y el eucariota, y como idea inteligente vale, ya vemos que los ciegos seguidores del evolucionismo, dan crédito a cualquier cosa, y usan estas cosas como pruebas, no se de qué son pruebas, tendrían que no tener ninguna objeción seria, (lo que no es el caso), y seguiría siendo una hipótesis, porque ¿quién puede probarlo con experimentos objetivos, contrastables y verificable?.
Así que por el momento, para nosotros, esta señora, con todo nuestro respeto, es muy inteligente y tiene ideas ingeniosas, pero no sólo no ha probado nada, sino que sus ideas tienen suficientes argumentos en contra como para ser rechazadas por imposibles.
Lo siento por sus fervientes admiradores.
Uno de los recientes comentaristas del blog, propuso como ejemplo de prueba de la evolución los estudios de la que él llamaba “eminencia mundial”: Linn Margulis, propulsora de la hipótesis de la endosimbiosis; nuestro amable comentarista añadía que ésta científica había demostrado la evolución de la proteína llamada tubulina.
El año pasado en el congreso de Roma escuché personalmente a Linn Margulis la exposición de sus ideas. La endosimbiosis consiste (brevemente) en plantear el origen de algunos órganos de las células eucariotas (con núcleo) a partir de una simbiosis entre una célula y otras células procariotas (sin núcleo) que se introducen en su interior y conviven con ella, de este modo, propone que:
a) las mitocondrias celulares eran antes organismos independientes del tipo de las protobacterias alfa tipo Rickettsias.
b) que los cloroplastos eran antes organismos independientes tipo cianobacterias.
Y c) que los flagelos bacterianos eran antes organismos independientes del tipo espiroqueta.
Sin pretender ser muy exhaustivo, vamos a analizar un poco el asunto a ver qué tal prueba son las teorías de esta “eminencia evolucionista mundial”.
El año pasado en el congreso de Roma escuché personalmente a Linn Margulis la exposición de sus ideas. La endosimbiosis consiste (brevemente) en plantear el origen de algunos órganos de las células eucariotas (con núcleo) a partir de una simbiosis entre una célula y otras células procariotas (sin núcleo) que se introducen en su interior y conviven con ella, de este modo, propone que:
a) las mitocondrias celulares eran antes organismos independientes del tipo de las protobacterias alfa tipo Rickettsias.
b) que los cloroplastos eran antes organismos independientes tipo cianobacterias.
Y c) que los flagelos bacterianos eran antes organismos independientes del tipo espiroqueta.
Sin pretender ser muy exhaustivo, vamos a analizar un poco el asunto a ver qué tal prueba son las teorías de esta “eminencia evolucionista mundial”.
Foto y esquema de una mitocondria imagen de: www.cnho.wordpress.com
Ella arguye que tanto las mitocondrias como los cloroplastos conservan su ADN particular, el que tenían cuando eran independientes, pero resulta que en el ADN de las mitocondrias y los cloroplastos hay unas zonas llamadas “intrones” que son propios de las células eucariotas, el ADN de las procariotas no tiene intrones, y a esto hay que añadir que las mitocondrias y los cloroplastos si se extraen de la célula, perecen. Y también resulta que las células eucariotas si se les quitan las mitocondrias o los cloroplastos, respectivamente, mueren, ¡cómo podían estar vivas cuando se les coló la primera mitocondria o el primer cloroplasto?.
Esta señora olvida lo que es un organismo y lo desarma en piezas como si pudiese vivir sólo un trozo.
Por otro lado, y en lo referente al flagelo, ella ha buscado un organismo que se mueve como un flagelo, la llamada espiroqueta, y plantea que introdujo una parte dentro de la bacteria y el resto quedó fuera y así vino a la existencia la bacteria flagelada.
Pero resulta que los flagelos bacterianos están formados principalmente por una proteína llamada tubulina, y resulta que la espiroqueta no está formada por proteínas de esa familia, por lo que parece que la endosimbiosis es más bien las ganas que ella y sus seguidores tienen de que haya sido así.
Esquema de los tipos de proteínas que forman un flagelo bacteriano. Imagen de: www.artigoo.com
Por si fuera poco, resulta que el flagelo bacteriano tiene una complejidad exquisita, y está formado por un variado tipo de moléculas que se organizan de modo semejante a como lo hacen los engranajes de un motor fuera borda; hay proteínas que hacen el papel de rotor, otras de cojinetes, otras de retenes, otras de interruptores, de freno etc. Este ejemplo del flagelo bacteriano ha sido usado bastante por los partidarios del diseño inteligente. Por supuesto todo esos tipos de proteínas no existen en las espiroquetas.
Por lo que parece que la eminencia mundial sólo ha buscado una posible solución al gran reto teórico que supone para los evolucionistas el salto entre el organismo procariota y el eucariota, y como idea inteligente vale, ya vemos que los ciegos seguidores del evolucionismo, dan crédito a cualquier cosa, y usan estas cosas como pruebas, no se de qué son pruebas, tendrían que no tener ninguna objeción seria, (lo que no es el caso), y seguiría siendo una hipótesis, porque ¿quién puede probarlo con experimentos objetivos, contrastables y verificable?.
Así que por el momento, para nosotros, esta señora, con todo nuestro respeto, es muy inteligente y tiene ideas ingeniosas, pero no sólo no ha probado nada, sino que sus ideas tienen suficientes argumentos en contra como para ser rechazadas por imposibles.
Lo siento por sus fervientes admiradores.
Semogil 28 de Mayo del 2.010.