viernes, 29 de enero de 2010

¿Qué es un paradigma?


Este curioso libro a caballo entre la ciencia, la filosofía de la ciencia y la filosofía, es de lectura amena, está profusamente documentado, y trata especialmente de todas las corrientes que hay dentro del evolucionismo, de las hipótesis sobre el origen de la vida en la Tierra, y de los principales aspectos del evolucionismo. El autor, acepta que la evolución es un hecho, pero al mismo tiempo, cuestiona seriamente muchas de las explicaciones del neodarwinismo.

Tiene 444 páginas, es del año 2.004, y tiene como subtítulo: “La crisis del paradigma darwinista”, y es por esto por lo que lo traigo al blog, no es que esté de acuerdo con todo lo que plantea, pero es un muy buen libro, y lo recomiendo, porque explica algunas cosas muy bien, como por ejemplo ¿qué es un paradigma?.

Voy a copiar una cita tomada de las páginas 10 y 11:

“Los paradigmas son realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica. El paradigma unifica las diversas especialidades que forman parte de la comunidad de investigación y guía la investigación en todas ellas…

Elevados al rango de Dogmas, esos paradigmas orientan la investigación y determinan el marco en cuyo interior van a ser interpretados los resultados. Si sobreviene una anomalía, todos se esfuerzan por reducirla para poder hacerla encajar “en la caja preformada a inflexible que suministra el paradigma”…

Así, la ciencia normal, contrariamente a lo que afirma Popper en “La lógica del descubrimiento científico”, no procede por conjeturas y refutaciones, sino por la acumulación de teorías destinadas a reforzar el paradigma desde el momento en que se implanta. Sin embargo, ciertas anomalías se “resisten” a ser asimiladas pese a los esfuerzos de los científicos. El paradigma en vigor entra entonces en crisis y la ciencia convertida en extraordinaria, ve a sus agentes constreñidos a rechazarla para sustituirla, tras un periodo de relativa confusión, por un nuevo paradigma susceptible de dar cuenta satisfactoriamente de los fenómenos considerados “anormales” en el sistema anterior”.

A juicio de cada uno, queda el valorar en qué punto se encuentra en la actualidad el paradigma evolutivo.
Semogil 29 de Enero del 2.010

martes, 26 de enero de 2010

Algunos términos interesantes


Imagen de: http://deihadarrak.blogcindario.com

Hay algunas palabras muy significativas y que esconden siempre una cosmología. Vamos a ver algunas de las que están relacionadas con el tema del Blog y que salen frecuentemente en las entradas o en los comentarios:
REDUCCIONISMO – Esto se dice del método que intenta explicar algo complejo, dando razón o argumentos solamente de uno o de algunos de sus componentes. Esto aplicado al evolucionismo, es el pan nuestro de cada día, querer explicar qué es un ser vivo, argumentando sobre genes, o sobre alguno de sus rasgos anatómicos, sobre su capacidad de andar a dos o a cuatro patas etc.
MATERIALISMO – Esto se dice de las teorías que conciben el mundo real como formado solamente por aquello que es posible medir o al menos percibir con los cinco sentidos. Por supuesto, para los que están instalados ahí, no existe el alma, no existen los ángeles, no existe el perdón, la codicia, el vicio, etc…
Este es el lugar en el que se quieren instalar por puro método, los científicos empiristas, pero continuamente se salen de ese lugar cuando sacan las conclusiones de sus observaciones científicas, porque lo quieran o no, se mueven dentro de una Metafísica.
METAFÍSICA – Es la ciencia que estudia las causas de los seres y de la realidad, es la filosofía primera, es la ciencia que está (lo acepten o no) en la raíz de todas las demás ciencias y de todos los paradigmas que se han formulado o que se puedan llegar a formular. Buena pregunta es ¿Qué metafísica tienen los evolucionistas?.
EMERGENTISMO – Esto se dice de aquellos que conciben las facultades inteligentes y espirituales de los seres vivos como surgidas de la interacción físico-química de los átomos y las moléculas (incluidas las biomoléculas). Para ellos, la inteligencia y las facultades espirituales si existen, han surgido como un resultado de un proceso de progresiva complicación de la interacción de las moléculas. Por supuesto, los emergentistas defienden que la mente es el cerebro. Y eso, hasta parece que les cuesta escucharlo a estos monitos:

DUALISMO – Esto se dice de los que conciben el alma como un ente aparte, que está preso o inmerso en un cuerpo, del que tiende a liberarse; según ellos, yo soy mi alma, y mi cuerpo es algo accidental que tengo por un tiempo. Esto ya viene de Platón, y se desliza fácilmente en nuestra percepción de la realidad cuando consideramos el momento de la muerte, sin la debida formación.
RELATIVISMO – Esto se dice de la visión del mundo que afirma que no existe la verdad, que no tenemos capacidad para poder conocer la esencia de las cosas, que el mundo no es inteligible. Por lo que sólo existen opiniones siempre renovables de las cosas y de la realidad. Estos caen ellos mismos descubiertos por sus palabras, porque para ellos la verdad es: que no existe la verdad; por lo que entran de cabeza en incompatibilidad.

PRAGMATISMO – Esto se dice de la corriente que interpreta las cosas y la realidad, considerando sólo su aspecto útil o práctico, como todos los relatos esos del tipo de la utilidad adaptativa de tener una pluma rosa en medio de la cola para los papagayos macho etc…
FANATISMO – Esto se dice de los que consideran que algo es cierto, y no se atreven a escuchar razonamientos justificados en los que la veracidad de su opinión pueda ser puesta en duda.
Semogil 26 de Enero del 2.010

jueves, 21 de enero de 2010

El engañoso juego de las variedades

Variabilidad de punteado en una especie de mariquita. Imagen de: http://www.fosil.cl/

Los evolucionistas, en su afán por cambiarlo todo para adaptarlo a sus planteamientos, no han dejado tranquilo el asunto de las especies, es más, les interesa especialmente. Sus intentos son de lo más curiosos:
Algunos más audaces dicen que desde el primer organismo “primitivo” hasta el hombre, hay una continuidad de pequeños cambios La vida es una unidad continua, por lo que dividirla en especies es algo inconsistente, arbitrario e innecesario. [1] No sabemos si sus intentos de clasificar los diferentes “grados” de vida con números y letras, al estilo de las matrículas de los coches, tendrán éxito, esperamos que impere el sentido común.
Otros han intentado comparar los genes para establecer el nivel de parentesco entre los seres vivos. Al dar por supuesto que todos venimos unos de otros por evolución, dan por sentado el siguiente principio: cuanto más parientes seamos, menos diferencias habrá entre nuestro genoma. Y esto que puede sonar a algo sensato, vamos a ver para lo que da. Cuando Nutall, comparó los antisueros sanguíneos, sorpresa, el que más se parecía al del hombre era el de la ballena, no el de los monos, y encima el procedimiento de comparación era tan resolutivo, que si se tomaba como patrón el antisuero de los ungulados, el que era más parecido a él, era el de la ballena; pero si se tomaba como base el de la ballena, el que más se parecía a ese, era el de los murciélagos. Así que el asunto se dejó un poco aparcado, pero han vuelto recurrentemente sobre él; en 1.981 el Dr. Colin Patterson declaraba en el Museo de Historia Natural de Nueva York ante más de 1.000 científicos: “El hombre y el cocodrilo, comparten el 7’7 por ciento de alfa-hemoglobina; el cocodrilo y las aves también comparten un 7’7 por ciento, pero el hombre y las aves comparten un 14’7 por ciento. ¿Qué está sucediendo aquí.....?. El problema parece verdaderamente irresoluble”. [2] Claro, si dan por supuesto que las aves y los mamíferos proceden directamente de los reptiles, la semejanza genética debería ser mayor entre descendientes y antepasados que entre las aves y nosotros, y no es así.



Dos seres de la misma especie. Imagen de: http://lh6.ggpht.com/

Últimamente nos están bombardeando desde los medios de comunicación, con las consignas “científicas”, que se expanden principalmente desde la revista Nature, sobre el tanto por ciento del genoma que compartimos los humanos entre nosotros y con los monos. Lo último que he leído es que entre los humanos existe una diferencia del 5%, mientras que casi al mismo tiempo se publica en otro medio de comunicación que los humanos compartimos con los monos el 99% del genoma. ¿Cómo es posible que se atrevan a decir estas cosas cuando sólo se conoce la forma estructural del genoma humano, y la composición de algún que otro gen concreto, y ni mucho menos su composición química detallada, ni su secuencia de genes, ni el papel de cada uno de ellos?. Como sigamos por este camino, pronto va a resultar que no vamos a ser de la misma especie que nuestro vecino del segundo, y por el contrario, vamos a ser de la misma especie que una mona de Gibraltar o que un tulipán, por decir algo. [3]


Es necesario que entremos con un poco más en profundidad al asunto de la variabilidad dentro de una especie. Vamos a comentar detalladamente la siguiente figura:


Esquema sobre los cambios en la población de una especie que es atacada sistemáticamente:

Tenemos una población de alguna plaga, (cómo pulgones, piojos, bacterias o moscas, da igual, el ejemplo es de aplicación general). La población está representada por la larga mancha negra identificada como 1 en la parte superior del dibujo. Su anchura indica la distinta variabilidad de los individuos, y no nos referimos a que sean mutantes, sino a las mil y una causas que hacen a los seres y a sus circunstancias, en un momento dado, distintos, nos referimos a variaciones tanto de composición genética como fisiológicas, como de estado de salud, como de memoria de las experiencias pasadas, como de la altura a la que están desde el suelo, etc. Y las dos líneas laterales indican los límites que son propios de cada especie y que no pueden ser traspasados.

Podemos ver que no predomina ninguna modalidad concreta de individuos. Tener todos esos insectos sobre sus cerezos, al agricultor no le parece adecuado, y fumiga contra esa “plaga” y el veneno logra exterminar a casi todos los individuos. Pero hay unos pocos que se escapan (si el motivo por el que se han escapado es genético, morfológico, de edad, posición o cualquier otro que podamos o no apreciar, no es decisivo, ni nunca único). Esto aparece gráficamente representado en la línea 2, sólo permanecen vivos unos reductos de individuos. (marcamos con unas pequeñas señales debajo de la línea para tener después un “registro” de qué tipo de individuos son los que escaparon a la primera fumigación). Ni que decir tiene que el agricultor da su dinero por bien empleado porque la “plaga” prácticamente ha desaparecido.

Pero pronto pasamos al dibujo de la línea 3. Al quedar toda la comida y el espacio disponibles, y al haber muerto muchos depredadores con el veneno, los supervivientes de la primera fumigación se reproducen rápidamente y a la vez van diversificando sus posiciones y todos los demás condicionantes (obsérvese que si extendemos las tres manchas de la línea 3, casi obtendríamos una población como la de la línea 1). El agricultor fumiga de nuevo con el mismo producto que tan buen resultado le había dado en el caso anterior, y consigue matar a muchos individuos, pero los que sobreviven son más que en la vez anterior, lo que aparece en la línea 4.

El proceso se repite como vemos en la línea 5 y en la 6 con una nueva fumigación, hasta que al llegar a la situación de la línea 7, el agricultor ve, que sin dejar de fumigar periódicamente, sus cerezos tienen más insectos que al principio. En este punto vamos a considerar dos posibilidades:

– El agricultor vuelve al almacén de “fitosanitarios”, y le dice al técnico que su insecticida no vale, que ya no hace nada. El técnico, le responderá condescendiente: “el insecto debe de haber “mutado”, tome este otro insecticida y verá cómo le va mejor”. El agricultor lo usa y mata a muchos insectos, (línea 8a) incluso puede matar a todos de la variedad que no había matado el otro insecticida, pero siempre hay algunos que se escapan y vuelta a empezar como en la línea 2.

– El agricultor se cansa de pelear contra la “plaga” (recordamos que estamos en la línea 7) y deja que la cosa siga su camino natural que no es otro que el reflejado por las líneas 8b, 9b y 10, en las que se aprecia que en la medida en que aumenta la variabilidad disminuye el número de individuos que hay de cada modalidad, llegando en la situación de la línea 10 a algo muy semejante a la línea 1. Esto explica perfectamente por qué cuando un agricultor harto de que los venenos que le venden, no consigan acabar con la plaga, echa mano de ese que usó hace años y que guarda en una estantería, ese que dejó abandonado porque ya no mataba bien, y fumiga de nuevo con él, y funciona como le funcionó la primera vez que lo usó, vuelve a la línea 2.

Si el agricultor de nuestro ejemplo hubiese usado algún método más expeditivo que hubiese exterminado a todos los insectos, el problema sólo se aplaza un poco, porque todos los agricultores no fumigan a la vez, y en el campo de algún vecino, se habrán escapado algunos que vendrán pronto a sus cerezos.

Queremos decir que el ejemplo que hemos detallado, pasa continuamente, y que no es necesario recurrir a explicaciones “mutantes”. La vida es algo infinitamente variado para que nosotros intentemos encerrarla en un corsé.


[1] J.J. Simpson “Principles of Animal Taxonomy”. N. York. 1.961.
Ver sobre esto: S. Borruso, op. cit. pág. 30 – 34.
[2] Citado por S. Borruso - “La Evolución en apuros” pág. 100.
[3] ¿Cómo publican eso si el director del P.G.H. dice que el ADN de los seres humanos es semejante en un 99,9%?. Collins, F.S. “Cómo habla Dios” – 2.007 - p. 138.
Semogil 20 de Enero del 2.010

sábado, 16 de enero de 2010

¿Cambio climático? Si, pero ¿cómo? y ¿por qué?

Mapa de los climas del mundo en la actualidad. Imagen de www.upf.edu


Puede parecer a simple vista, que el tema del cambio climático no tiene nada que ver con este blog, pero hay dos puntos importantes de conexión:
El primero es que los cambios climáticos, son los que originan los paulatinos desplazamientos de las poblaciones, tanto vegetales, como animales o humanas, y esto es decisivo en el asunto del transcurso de la vida en la Tierra.
El segundo es que mira por donde, suelen ser los mismos los que defienden con devoción el evolucionismo, y los que afirman que el hombre con su actividad, está propiciando un cambio climático con el calentamiento global.

Rotura del casquete de hielo en una de las costas antárticas. Imagen de: http://profgeo.files.wordpress.com


Personalmente, se la de leña que tengo que quemar para calentar mi casa, que es pequeña, y me da risa pensar en medio de una ventisca de aire helado, que podamos llegar a calentarla. Puedo comprender que viviendo en una gran ciudad, pueda ser más fácil imaginar que podemos llegar a calentar la atmósfera de la Tierra.
Y como sucede que, por lo que sabemos, no nos podemos fiar de los datos sobre temperaturas, que nos dan los científicos caza-subvenciones; no nos podemos fiar de los políticos que quieren esconder su mala gestión, detrás de una supuesta preocupación climática; no nos podemos fiar de unos ecologistas que arman la de San Quintín o miran para otro lado cuando el petróleo llega a las costas, según el signo político del partido que gobierne; y además, sabemos que detrás de este tema del cambio climático, lo que realmente se busca es una excusa pseudocientífica para justificar el aborto y la esterilización genocida de países enteros, pues que el olfato me dice que ojo con este tema.
Entiendo que el hombre puede desertizar grandes zonas, porque ya lo ha hecho en poco tiempo, por ejemplo en el centro de EEUU. Entiendo que el hombre puede envenenar ríos, aniquilar especies, contaminar las aguas subterráneas etc… Porque la creación entera sufre por causa de los pecados del hombre, especialmente la codicia y la soberbia. Pero de aceptar todo eso y más, a aceptar que el hombre esté cambiando el clima de la Tierra, va un trecho largo.

Reconstrucción del doble cono producido por la oscilación del eje terrestre. Imagen de: www.librosmaravillosos.com

Los cambios climáticos importantes son cíclicos, y corresponden perfectamente a leyes naturales, y son razonables y predecibles. Por ejemplo, sabemos que ha habido en el cuaternario al menos cuatro glaciaciones importantes (por los restos que se conservan de la actividad de los glaciares). Lo curioso es que siempre se habla de glaciaciones en el hemisferio norte, no se habla de alternancia de los máximos de los casquetes polares. Ahora mismo la gran masa de hielo cubre la Antártida (que recordemos, es más grande que Eurasia), pero poco a poco, ha de descongelarse, y paralelamente ha de crecer la masa de hielo acumulada en el casquete polar Ártico, hasta que en su máximo, descienda más al sur del círculo polar, (hasta centro Europa), como ha hecho otras veces antes.
Imagen de: www.eva.com

Esto es paulatino, poco a poco, es posible que estemos llegando al final de una época interglaciar, y en los próximos siglos o milenios, entremos en otra glaciación, todo esto, claro, para los que vivimos en el hemisferio norte. El motivo principal de esto, es el movimiento de precesión de los equinoccios, que es un movimiento oscilatorio del eje terrestre, que oscila cabeceando como una peonza antes de enderezar su baile.
Ese giro del eje terrestre, se realiza a una velocidad de un grado de arco cada 72 años, por lo que el eje tarda en dar una vuelta completa 25.920 años (el gran año de Platón). Como resulta que la órbita de la Tierra alrededor del sol es una elipse, pero el sol no está en el centro, sino en el lugar de uno de los focos, cuando el eje de la Tierra está cabeceado hacia la derecha como se ve en la figura, el hemisferio que más directamente recibe los rayos solares al pasar más cerca del sol, es el hemisferio sur, por lo que se genera un gradiente de temperatura que con el paso de miles de años, calienta más un hemisferio, y deja enfriar un poco el otro.
Posición de la Tierra cuando pasa en el punto de su órbita más cercana al Sol, posición en la que está entrando. Imagen de: http://fcom.us.es

Con el basculamiento del eje terrestre, aproximadamente cada 13.000 años (la mitad de lo que tarda el eje en dar una vuelta completa) se invierte el hemisferio que recibe ese plus de calentamiento solar (al pasar cerca del Sol, la Tierra estará entonces inclinada hacia la izquierda) Los últimos miles de años, ha sido el hemisferio Norte el que ha recibido más radiaciones solares, ahora, la cosa parece estar empezando a cambiar, y se descongelará la mayor parte de la Antártida, y crecerán los hielos en el Norte hasta el círculo polar o incluso más al sur. Como ya ha sucedido muchas veces desde que existe la Tierra. No quiero que nadie se asuste, esto puede tardar algunos miles de años, o cuanto menos, algunos siglos.
Este es uno de los motivos que hacen variar el clima de un hemisferio, pero no es el único que puede actuar, también son importantes la actividad solar, la debilidad de la atmósfera, de la capa de ozono, de la ionosfera etc...

Este tema da para mucho más, tengo otra entrada sobre este tema, desde una perspectiva más histórico-simbólica titulado "La Era de Acuario", se accede en la etiqueta: "Nueva Era" en http://loshijosdellogos.blogspot.com
Semogil 16 de Enero del 2.010

lunes, 11 de enero de 2010

Lucy, ¿Una chimpancé fósil?

Supuestos australopithecus en laetoli, es curioso el modo en que han reconstruido a estos chicos si sólo tienen los huesos que han encontrado y que aparecen más abajo. Imagen de www.crystalinks.com
Esta “especie”, es a lo único a lo que todavía se agarran muchos paleoantropólogos, como si fuese el único eslabón disponible con algún argumento para justificar que ha habido un paso desde el simio al hombre. Pero la realidad está imponiéndose cada vez más, y muchas voces sensatas dicen que este Australopithecus afarensis es otra rama, que no es antepasado del hombre, aunque muchos, especialmente los que escriben los libros de texto y los libros y programas de divulgación “científica” pretendan hacer como las avestruces.
Veamos cómo eran esos Australopithecus afarensis, cuyos restos más famosos son, sin duda alguna, la apodada “Lucy”, de la que se ha escrito mucho.
· Su dentadura se parece a la de los chimpancés. [1] Mandíbula de Lucy, imagen de www.abebs.com
· Los cráneos encontrados están tan fragmentados que no se sabe bien si tenían cresta sagital. (como los gorilas actuales). Algunos lo dudan y otros lo afirman. [2]
· Las articulaciones de sus hombros eran del tipo de los simios, perfectamente especializadas para colgarse de los árboles. [3]
· Su hueso hioides (el que sujeta la garganta e indica la forma de la faringe y la capacidad de articular un lenguaje) era exactamente como el de los simios actuales. [4]
· Su caja torácica era como la de los simios. [5]
· Su cadera era como la de los simios. [6]
· Caminaban a cuatro patas apoyando los nudillos de las patas delanteras. [7]
· Las pocas falanges de sus manos y pies que se han encontrado, eran largas y curvadas como las de los simios. [8]
· Su capacidad craneal era como la de los chimpancés actuales. [9]


Fragmentos de cráneo encontrados de Lucy, imagen de www.a3bs.com
Ante todo esto, uno se sorprende de que alguien pueda ver en Lucy o en cualquier otro resto de Australopithecus afarensis algo humano. La clave está solamente en dos huesos fósiles:
El primero de ellos, es una articulación incompleta de rodilla encontrada en 1.973 en Hadar por Johanson (el descubridor de Lucy, y máximo defensor del bipedismo de los afarensis). El único argumento para defender que esa articulación de rodilla incompleta, parecida a una articulación de rodilla humana, pertenecía a esa especie, es que ha sido “datada” en 3’5 millones de años, y “oficialmente” en esa época, no había hombres. Y casualmente el esqueleto de Lucy no tiene completas ninguna de las dos rodillas y no se pueden comparar. [10]
El segundo, es el curioso fragmento del fémur de Lucy, parecido a un fémur humano. Su descubridor cuenta que cuando encontró el fémur, éste estaba rodado por la pendiente. [11] La cavidad en la que la cabeza del fémur debe encajar en la cadera de Lucy, está deformada y no permite enlazar correctamente los dos huesos.
Por más que hemos buscado, no hemos encontrado ninguna publicación que refleje que alguien haya hecho un análisis para determinar si ese fémur pertenece a Lucy o no, y es extraño, porque es un hueso que desentona en un esqueleto netamente simio, -curiosamente es el mismo hueso problemático del “Hombre de Java”- y no es posible conectarlo con el resto del esqueleto ni por arriba ni por debajo. Tampoco hemos encontrado ningún estudio radiográfico de las posibles marcas de las trabéculas interiores del fémur de Lucy, que indicarían las tensiones que soportaba el hueso y, con ello, la posición en la que trabajaba normalmente.

La cadera y los huesos problemáticos de Lucy. Imagen de www.a3bs.com
No podemos descartar la posibilidad de que la articulación de rodilla citada y el fragmento de fémur de Lucy, sean realmente humanos, y que Lucy sea una chimpancé fósil. Y en caso de que algún día se comprobase mediante análisis del tipo de los que hemos citado, que ese fémur y esa articulación son de A. afarensis, pues entonces tendríamos una prueba de que en aquella época existió un simio con una rodilla y un fémur bastante incómodos, porque no le hubiesen servido nada más que de molestia para andar apoyando en el suelo los nudillos de las patas delanteras, y saltar de rama en rama; porque hasta el anclaje de la columna vertebral de Lucy en su cadera, y la anchura de ésta, no es como en los humanos, lo que impediría que pudiese mantener el equilibrio adecuadamente estando erguida. [12] Pero claro, esto no es problema para que algunos que no piensan mucho, o que piensan demasiado, le atribuyan a los Afarensis las famosas pisadas de Laetoli.
Huesos recuperados de Lucy. Imagen de http://media_2.webbritanica.com
Es extremadamente significativo que nadie haya encontrado jamás un resto de chimpancé fósil, que curioso, han salido de la nada, cuando es evidente que estos afarensis son extremadamente parecidos a ellos, pero claro, un chimpancé fósil no da fama ni subvenciones, pero un antepasado del hombre si.
Lleven cuidado que a veces en algunos museos hay unas supuestas copias de los huesos de Lucy, en dónde aparece otra cadera, la rodilla entera, el cráneo reconstruido etc… Por eso hemos incluido las fotos de los restos que realmente se encontraron.
[1] Stringer, C. y Andrews, “La evolución humana” Edit. Akal 2.005 p. 122.
[2] Leakey, R. y Lewin, R. “Nuestros orñigenes” Edit. RBA. p. 130.
[3] Stringer, C. y Andrews, P. Op. cit. p. 119.
[4] Zeresenay, Alemseged. Nature 2.006.
- Vieira, Vanessa – “El Mundo” 21 de Septiembre del 2.006 – p. 34.
- Carbonell, E y Lorenzo, C. “El Mundo” 21 de Septiembre del 2.006 – p. 34.
[5] Leakey, R. y Lewin, R. Op. cit. p. 181.
[6] Schmid, P. “Eine Rekonstruktion des Skelettes von A. L. 288-1 (Hadar) und deren Konsequenzen” –
Folia Primatol, 40 – p. 283 – 306. – 1.983.
Stern, J.P. y Susman, R. L. “Origenes de la bipédie chez les hominides”. – Edit. CNRS:
París. 1.991 - p. 99 – 111.
[7] Richmond, B. G. y Strait, D. S. 2.005 p. 382.
[8] Stringer, C. y Andrews, P. Op. cit. p. 120.
[9] Sanvicens, A. “Toda la verdad sobre la evolución” p. 331.
[10] Johanson, D. y Eddey, M. “El primer antepasado del hombre” Edit. RBA. p. 172 – 177.
[11] Johanson, D. y Eddey, M. Op. cit. p. 22.
[12] Stringer, C. y Andrews, P. Op. cit. p. 120.
Semogil, 11 de Enero del 2.010

miércoles, 6 de enero de 2010

¿Por qué no se puede mantener una discusión con los evolucionistas?

San Darwin, imagen de: www.redatea.net
Uno puede sentarse con un matemático y razonar con él, sobre la solución correcta de un problema, y al final de la discusión, los dos, aceptar por la evidencia, una conclusión como cierta, y el que estaba equivocado, lo reconoce y no pasa nada. Lo mismo se puede hacer con un físico, un químico, o cualquier otro científico, salvo con los evolucionistas, es indiferente que sean científicos profesionales o no, y ¿por qué ocurre esto?
La evidencia es que no se puede discutir con ellos, sólo se puede hablar de los mecanismos por los que la evolución ha tenido lugar, pero sobre si ha existido evolución de las especies, sobre eso no se puede argumentar, mucho menos ponerlo en duda, y ni se te ocurra pedirles pruebas objetivas, ellos han hecho un acto de fe ciega, se lo creen, y si se toca ese punto, o se levantan y se van (eso es lo que nos ha pasado con el comentarista de la semana pasada: Sergio, que pena), o entran en descalificaciones e insultos como ignorante, anticientífico, fanático, creacionista, o cualquier otro parecido, pero se niegan a argumentar y mostrar las pruebas de su certeza, y ¿por qué ocurre esto?
El nudo de la cuestión es que el evolucionismo es una cosmología, es un modo de concebir la existencia, la vida en general y la vida personal, en el fondo es una religión, es la componente cosmológica del materialismo y del ateísmo, aunque vaya disfrazado de laicismo, o de cientifismo.
Los evolucionistas, no pueden dudar ni por un instante del evolucionismo, porque es una explicación lógica (eso no quiere decir que sea verdadera) de la maravilla de la naturaleza, una explicación que pretende explicar la vida como salida de los propios elementos químicos, y claro, si se tambalea esa explicación, a la razón humana, ante la maravilla y perfección de la naturaleza y sus criaturas, sólo le queda que reconocer en ella la obra admirable de un ser superior, y por ahí no quieren pasar.

Imagen de: www.semana-com
Cuando se haga pública y se difunda socialmente la falsedad del paradigma evolutivo (algo que confiamos sucederá pronto), podrán esconder la cabeza debajo del ala, porque sólo les quedarán dos soluciones, una es aceptar la eternidad del mundo, que es lo que realmente capta nuestra percepción de la realidad, (los gatos nacen de los gatos, y así hacia atrás en el tiempo lo que quieras), y la otra es aceptar que tuvo que existir una primera pareja de gatos, y claro aceptar que un gato ha surgido de pronto de una piedra es inimaginable, por lo que en este caso no quedaría otra opción que aceptar que si la vida ha tenido un comienzo instantáneo, ha existido un creador.
Santo Tomás razonó admirablemente en un opúsculo,[1] que no hay oposición entre la eternidad del mundo y la creación; y que la eternidad del mundo es la conclusión lógica de la razón, mientras que la creación es la conclusión de la fe por la revelación.
A todo esto, los evolucionistas se agarran como lapas a la segunda ley de la termodinámica, que viene a decir más o menos que en todos los procesos una parte de la energía utilizada se disipa y no puede volver a utilizarse, por lo que el total de la energía de un sistema siempre va disminuyendo, por lo que el cosmos hubo de tener un origen, no puede ser eterno, tendrá un final.
Lo malo es que no consideran de dónde surgió toda la energía originaria previa a eso que llaman la gran explosión, es evidente que aplicando a la totalidad del cosmos la segunda ley de la termodinámica, la energía presente antes de su “explosión”, es la mayor cantidad de energía que ha habido, pero si consideran el cosmos un sistema cerrado al que no llegan “aportaciones externas”, entran de algún modo en un razonamiento absurdo.[2]
Discusión entre San Pedro y San Pablo - Oleo de Rembrandt
Soy consciente de que hay algunos evolucionistas que no se consideran materialistas ni ateos, a esos les pido por favor que formulen con claridad qué es lo que creen con respecto al origen de la vida, al origen de las especies, al origen del hombre y a las causas que han dirigido el devenir del cosmos y de la vida en él.
[1] Tomás de Aquino, “Sobre la eternidad del Mundo” Edit. Encuentro 2.002
[2] Sabemos que últimamente algunos astrofísicos, han postulado que el “bing-bang-bung” es sólo una pulsación, que toda la materia del universo se colará en los agujeros negros, se juntará en otra dimensión, y cuando esté toda junta, habrá otra mega-explosión y vuelta a empezar, y que esto ya ha sucedido varias veces. En lo que hablábamos referente a la energía, peor me lo pones, y en lo referente a la idea en sí, era raro que no llegara a todos los ámbitos la huida generacional del cristianismo al hinduismo, porque esa nueva hipótesis, suena bastante a la reencarnación del universo.
Semogil 6 de Enero del 2.010

sábado, 2 de enero de 2010

La fantasía adaptativa


Imagen tomada de: http://sp1.fotolog.com/

Este asunto de la adaptación es de capital importancia para la teoría de la evolución, hasta el punto que algunos autores no dudan en afirmar que Darwin no estudió el origen de las especies, sino el origen de las adaptaciones. [1]
Y siendo tan importante, muchos biólogos no dudan en alinearse con Lewontin y con Gould para decir que “el adaptacionismo es el principal defecto intelectual del darwinismo y de la sociobiología”. [2]
Se entiende por adaptación, según la definición de Endler: la capacidad de un organismo para vivir y reproducirse en un medio determinado.
Por lo tanto, como en la vida y la reproducción de los seres vivos influyen tan ingente cantidad de factores, no es posible medir la adaptación sino es valorando los individuos que sobreviven, de modo que a la pregunta: “¿cuáles son los mejor adaptados?”, la respuesta es: los que sobreviven. Y si preguntamos: “¿cuáles son los que sobreviven?”, la respuesta es: los mejor adaptados. Hay multitud de libros y de artículos científicos que a la postre, sólo dicen: los sobrevivientes son los que sobreviven.
Por lo que los evolucionistas caen en una de las tautologías que los caracterizan. (se dice que una tautología es la repetición inútil o viciosa de un pensamiento expresado de diversos modos).

De tal modo que podemos decir sin ningún quebranto que todos los individuos de todas las especies que viven sobre la tierra están bien adaptados, como lo prueba el hecho de que están vivos. Que es lo mismo que no decir nada.

Los evolucionistas confunden siempre el describir una cosa con demostrarla. Hay miles de descripciones de adaptaciones, pero ni una sola explicación científica de cómo ha tenido lugar, y las cosas no son tan sencillas como a primera vista se puede creer. En todas estas descripciones pseudo-científicas, se cometen dos errores esenciales:
→ El primero es fragmentar un ser vivo en rasgos concretos, una oreja, una pezuña, un color, un ala etc... y considerar el valor adaptativo (para la supervivencia) de ese rasgo, en vez de considerar al ser vivo en su conjunto.
→ El segundo es inventarse una historieta de por qué motivo ese animal tiene ese rasgo determinado y de todas las maravillosas ventajas que ello le ha producido; y si por alguna circunstancia se descubre o demuestra que esa interpretación no es correcta, pues automáticamente se inventa otra. En el fondo, se trata de encontrar una explicación de cualquier detalle de un ser vivo para convertirlo en una prueba de la teoría de la evolución.

Además de lo indicado, hay un asunto más esencial todavía, y es que el propio concepto intelectual de adaptación, contiene (necesita) lo que se llama en lógica: “petición de principio”, es necesario para que el razonamiento sea válido, conceder la certeza de la premisa sobre la que se sustenta el razonamiento. En este caso, hablar de cualquier adaptación, como por ejemplo, decir que las perdices están bien adaptadas al hábitat de los bosques mediterráneos, implica como principio implícito, que antes no lo estaban, que las perdices en tiempos pasados eran fisiológicamente distintas y que ocupaban otros nichos ecológicos, y como eso nadie lo ha demostrado, usar la palabra adaptación, carece de sentido, por lo menos yo me niego mientras no se aporten pruebas inequívocas, a conceder la certeza a ese principio sobre el que se fundamenta el discurso adaptativo.
Todas (y digo todas) las argumentaciones que hablan de adaptaciones, son pues pura literatura, o si se prefiere ciencia-ficción.

Uno de los ejemplos más usados de adaptación. Son los llamados “insecto palo”
En casi todos los libros aparecen fotografiados algunos insectos de la familia Phasmidae, generalmente de los géneros Bacillus, Clonopsis o Clitumnus, con su peculiar aspecto de astilla o ramita. Algunos de ellos, permanecen quietos cuando se sienten en peligro, otros van cambiando su color desde muy oscuro al anochecer, hasta blanquecino o verde según sea el tono predominante que los rodea; e incluso llegan a extender el mimetismo hasta su puesta de huevos que más bien parecen semillas. Con todo ese despliegue, deberían ser abundantísimos, pero las que proliferan predominantemente, son otras especies mucho más “visibles” de su misma familia.
Aún así, es posible verlos, como sabe perfectamente cualquiera que salga por el campo o la montaña con un poco de curiosidad.

Para poder hablar de adaptación, es imprescindible primero, demostrar que sus antepasados no eran como ellos.
Pero aún hay algo que por lo menos da qué pensar. Si se examinan al microscopio los tejidos de estos insectos palo, resulta que es muy difícil saber si lo que estamos viendo es un tejido animal o vegetal, pues sus tejidos, se parecen mucho a una membrana vegetal. ¿Previó también el azar, que sus células fuesen como las células vegetales, para intentar engañar al científico cuando viese el insecto palo al microscopio ?. [3]

[1] Gordon Rattray. “El gran misterio de la evolución” Edit. Planeta -1.983 pág.- 153.
[2] Lewontin, R.C., “Adaptation”, Scientific AMER., 239, 213-230.
[3] R. Chauvin. “Darwinismo, el final de un mito” Edit. Espasa -2.000 - pág. – 99.
A. Sanvisens. “Toda la verdad sobre la evolución” Edit. Ediciones Universitarias 1.996 pág. – 241.
Semogil 2 de Enero del 2.010