miércoles, 27 de febrero de 2013

EL ORIGEN DE LA VIDA - I


 Imagen de deborahgonzalez.blogspot.com


Los evolucionistas quieren que aceptemos que:

a)      → La atmósfera primitiva era distinta de la actual, en ella no existía oxígeno libre, era una atmósfera reductora.(1)
b)       → Sus principales componentes eran: amoniaco, metano, hidrógeno y vapor de agua.
c)       La vida aparece en los océanos o bien en charcas, en el seno de lo que llaman “la sopa primitiva”.
d)      Suelen citar como origen de este descubrimiento, el libro titulado “El origen de la vida” del científico ruso Oparín (1.938) del que mencionan, sobre todo, la existencia dentro de esa sopa primitiva de unas gotitas de una sustancia gelatinosa que él llamó coacervados (2), dentro de las cuales se originaron las primeras sustancias orgánicas.

e)      Todos los textos que hemos consultado reproducen, con dibujos a color y bastantes explicaciones, el famoso experimento del científico norteamericano Miller (1.953). Dicho experimento se puede resumir así: Miller construyó un dispositivo en forma de circuito con varios recipientes. En uno de ellos,  introdujo los supuestos componentes de la atmósfera primitiva: amoniaco, metano e hidrógeno. A él, hizo llegar el vapor de agua que obtenía hirviéndola en otro recipiente anexo. A continuación sometía  la mezcla a una descarga eléctrica de 60.000 voltios y a un impacto intenso de radiaciones ultravioleta; el contenido del recipiente, empujado por la presión del vapor de agua, lo hacía pasar por un condensador en el que recogió diversos productos, entre ellos detectó la presencia de un aminoácido (3) llamado glicina. Dicho aminoácido forma parte de diversas proteínas de las que utilizan los seres vivos.
f)       A partir del experimento, se considera probado que partiendo de materia inorgánica en una atmósfera reductora (sin oxígeno), se formaron espontáneamente moléculas orgánicas sencillas, algunas de las cuales tendrían la capacidad de multiplicarse, y así, poco a poco, se daría lugar a los organismos más primitivos.
g)      Estos organismos, realizando la fotosíntesis, tomando el CO2 (anhídrido carbónico) de la atmósfera, y liberando oxígeno, irían poco a poco cambiando la composición de la atmósfera hasta darle la riqueza en oxígeno que confiere el carácter oxidante a la atmósfera  actual, lo cual permitiría progresivamente la presencia del resto de los seres vivos.
                 VEAMOS COMO SON LAS COSAS REALMENTE:

  SOBRE  LA  ATMÓSFERA  PRIMITIVA
 Imagen de pobladores.com

Desde el año 1.859 en el que un genial microbiólogo francés, Louis Pasteur demostró con un experimento muy sencillo la imposibilidad de la “generación espontánea” de la vida (5), nadie se había atrevido a tocar ese tema hasta que en 1.938 surgió la teoría conocida actualmente como la de  Haldane-Oparín (6). Estos dos científicos llegaron por separado a la misma hipótesis: la atmósfera primitiva era reductora (sin oxígeno) y estaba formada principalmente por metano, amoniaco, hidrógeno y vapor de agua. Con ello, saltaban de un plumazo sobre una duda muy repetida durante décadas contra los evolucionistas materialistas: -si la vida ha surgido espontáneamente, ¿por qué no sigue haciéndolo ahora ante nuestros ojos?-.Al ser la atmósfera primitiva reductora, queda explicado por qué ahora, con nuestra atmósfera tan rica en oxígeno, ya no era posible que se generase vida espontáneamente.
En los casi 70 años que han transcurrido desde la publicación del libro de Oparín, se ha estudiado e investigado mucho, y se sabe que es imposible que la atmósfera primitiva fuese reductora, más bien,  todo indica que era como la actual; por ejemplo:


1)       El metano y el amoniaco, expuestos a las radiaciones solares, se descomponen inmediatamente. Eso es lo que inevitablemente sucedería en una atmósfera sin oxígeno y por lo tanto sin la capa protectora de Ozono (7).

2)      Nadie, hasta ahora, ha podido explicar de dónde surgió ese hidrógeno que supuestamente estaba sobre la superficie terrestre. Abelson (1.966) supuso que el hidrógeno provenía de los gases expulsados por los volcanes, pero los análisis realizados a los gases que expulsan los volcanes indican unos valores que oscilan poco del 68% de H2O (agua), 12% de CO2 (dióxido de carbono), el 8% de N2 (nitrógeno) y el resto principalmente humos sulfurosos (cargados de azufre). No se conoce ningún volcán que desprenda vapores de hidrógeno.(8)

3)       Si,  de algún modo, hubiese habido hidrógeno libre, sin la cobertura de la capa de Ozono, se expandiría rápidamente hacia el espacio, por lo que no es posible la existencia de una capa de hidrógeno cercana a la superficie terrestre (9).

4)      En una atmósfera sin oxígeno libre, y por lo tanto sin ozono, los rayos ultravioletas matarían instantáneamente a todos los seres vivos en tierra firme y debajo del agua hasta una profundidad de al menos 25 metros (10).

5)      Las rocas sedimentarias más antiguas que conocemos, contienen carbonatos, y los carbonatos no se pueden formar en un medio sin oxígeno (11).

6)      En las primeras rocas sedimentarias, es frecuente encontrar notables cantidades de óxido de hierro, (por ejemplo en la cordillera Vermillion de Minesota EE.UU.) y, además, éste se encuentra en su variedad de óxido férrico, la más oxidada posible; esto no es posible en una atmósfera reductora (12).

7)      El sentido común nos dice que si los seres vivos necesitamos el oxígeno atmosférico para vivir, nuestros antepasados, también lo necesitaron.

8)      Los argumentos anteriores son de tanto peso, que no se puede mantener que la atmósfera de la tierra, ni de ningún otro planeta, haya podido estar formada por esos gases. Para que rodeando un planeta exista una capa de gases, (eso es una atmósfera), es necesario algo que los mantenga allí retenidos, pues los gases tienden a ocupar todo el espacio disponible.(13)



Ángel L. Hurtado  
Semogil, 27 de Febrero del 2.013



(1) La atmósfera actual está compuesta aproximadamente de Nitrógeno 78%, Oxígeno 21%, Argón, Criptón, Helio, Neón y otros gases en pequeñas cantidades, y una parte mínima de vapor de agua, ácido carbónico y pequeñas partículas (polvo). La presencia de oxígeno en nuestra atmósfera hace que químicamente se diga de ella que es oxidante. Un objeto de Hierro no se oxida por mojarse; las anclas que han permanecido siglos bajo el agua del mar, no están oxidadas, sino cubiertas de algas y de otros organismos marinos; el Hierro, se oxida cuando se expone al oxígeno atmosférico, el mojarlo sólo actúa acelerando el proceso, que se acentúa al secarse en contacto con el  aire atmosférico. Químicamente se llama reductor al ambiente que carece de oxígeno libre.
(2) Químicamente, un coacervado es un agregado de partículas con apariencia de cola o goma, que se unen por fuerzas electrostáticas. Para hacernos una idea, aunque sólo sea aproximada, un coacervado sería una gota de jabón o de aceite en suspensión en un vaso de agua. Los veremos después con más detenimiento.
(3) Se llama aminoácido a cada uno de los eslabones que forman las proteínas,  y se denominan proteínas, de forma genérica, a las largas cadenas de aminoácidos que forman las principales  moléculas orgánicas, como las hormonas, las encimas, la insulina etc.
 (5) El experimento consistió en llenar un matraz con una solución nutritiva; dobló su cuello en forma de S, hizo hervir la solución y la dejó expuesta al aire libre. Ese esquema genial impide a las bacterias entrar en el matraz, pero al aire no. Meses después la solución seguía incontaminada, (no había en su interior colonias de bacterias).- Reproducido por Silvano Borruso en “El evolucionismo en apuros” p. 69 – Edit. Criterio Libros 2.000.
(6)Z Oparín A. “El origen de la vida” 1.938 – Edit. Edicomunicación 1.998. pág. 113ss.
(7) Z Sanvisens, Alejandro “Toda la verdad sobre la evolución” – Edit. Promociones y publicaciones universitarias          – 1.996. pág – 185 ss.
     Z Abelson, P.H. Proc. Nat. Acad. Sci., 55, 1365 – 1.966.
 (8)  Z Gish, Duane T. “Teorias sobre el origen de la vida: crítica” Edit. Clie – 1.985, pág. 31.
(9) Z Shapiro, Robert (1.986): “Orígenes” p. 103 – Edit. Salvat - Barcelona.
(10) Z Canuto, V.M.; J.S. Levine; T.R. Augustsson; C.L. Imhoff (1982): Nature, 296, p. 816.   
(11) Z Pfug H. D., y Jaeschyke-Boyer, H., “Análisis combinado estructural y químico de los microfósiles de 3.800 años de antigüedad”, Nature (1.979) p. 280:483.
(12) Z Gish, D.T., op. cit. pág: 31 – 32.
(13) Si alguien conserva todavía alguna duda, puede consultar además de la bibliografía citada:
     Z Carver, J.H., “Niveles atmosféricos de oxígeno prebióticos” Nature, 1.981, 292 :136
     Z Walker, J.C.G., “Nueva valoración del papel del oxígeno y los rayos ultravioleta en la evolución del precámbrico”, Nature 1.976, 264: 620 –624.

domingo, 10 de febrero de 2013

LO QUE COMPARTIMOS CON LOS ANIMALES - III


Imagen de: taringa.net
LOS CINCO SENTIDOS Y EL LENGUAJE.
Sólo diremos algo sobre el oído y el lenguaje.
Cada animal percibe un distinto nivel de sonidos, especialmente las frecuencias que son las más convenientes para que su vida se desarrolle y pueda reproducirse exitosamente para conservar la especie. Entre esas frecuencias audibles, en cada especie, el instinto selecciona aquellos sonidos que tienen para el animal un significado concreto, esto es, que provocan en él una respuesta para satisfacer alguna de sus necesidades. Del mismo modo, cada especie animal tiene un modo peculiar de emitir sonidos y, la mayoría de ellos, los utiliza para comunicarse. Generalmente el número de sonidos distintos con significado que un animal puede emitir, son muy reducidos, por ejemplo, vamos a resumir la forma que  tienen de avisarse del peligro los monos verdes de la sabana africana:
“Estos monos emiten tres tipos de gritos de alarma distintos, según se acerque una serpiente, un leopardo o un águila, y el comportamiento del resto del clan es consecuente con el grito de alarma escuchado; si se acerca una serpiente, se plantan erguidos, otean la hierba a su alrededor, y según sea la serpiente,  la atacan  entre  todos  o  salen  corriendo al árbol más próximo; si el grito es porque viene un leopardo, todos corren hacia el árbol más cercano sin mirar siquiera  al  leopardo; y si el grito significa que viene un águila, miran al cielo y después salen corriendo a esconderse debajo de los arbustos.  Dorothy Cheney y Robert Seyfarth, de la universidad de Pensilvania, que han estudiado a estos monos durante más de una década, pudieron observar en alguna ocasión, que el águila fue descubierta por un momo vigilante, cuando ya estaba en su vuelo en picado para atrapar a uno de ellos, y el grito no fue el normal de “viene un águila”, sino que gritaron con el grito que delata la presencia de un leopardo, así que el mono en peligro, corrió hacia un árbol, y escapó del águila. Si hubiesen dado el grito de viene un águila, la posible presa, hubiese mirado hacia el cielo, desperdiciando unos segundos decisivos. [1]
Hay un detalle en esa interpretación que podría ponerse en duda: es el observador el que supone que el grito  del mono quiere decir viene un leopardo, más bien ese grito en concreto, ocasiona una respuesta inmediata de correr y trepar a los árboles; el mono guardián de ese caso comentado, usó su potencia estimativa para según el peligro percibido, emitir uno de los tres gritos de alarma posibles. No sabemos si esa respuesta es instintiva o aprendida.
Se han hecho verdaderos esfuerzos para intentar enseñar a hablar a los chimpancés, todos ellos infructuosos.[2] A lo máximo que se ha llegado es a que aprendan a distinguir sonidos como órdenes, y a usar teclados o símbolos para pedir comida, o para  otros usos sencillos, (hasta un máximo de doscientos distintos y que de ahí no pueden pasar).[3] Los intentos más importantes para conseguir enseñar a hablar a los chimpancés, y de paso demostrar nuestra estrecha relación con ellos, se han hecho en el Language Research Center de la Universidad estatal de Georgia, en Atlanta, y en la universidad de Oklahoma; pero los resultados son siempre los mismos: aún cuando después de mucho  entrenamiento, se  consigue  que los chimpancés repitan el sonido de unas cuantas palabras y relacionen con ellas unos determinados comportamientos, no se puede pasar de ahí; lo cual,  ha hecho decir al investigador Herbert Terrace -que ha dirigido un proyecto de larga duración sobre el lenguaje por señas con un chimpancé-, que:
“Los simios antropomorfos, no tienen en absoluto capacidad para el lenguaje, y que ninguno de los proyectos de la década pasada nos dice nada sobre el lenguaje humano, salvo que ningún animal lo posee”. [4]
Imagen de: iafi.com.ar
Cada especie está sometida al modo de comunicación propio de su especie, un perro ladra y no puede comunicarse con sonidos de otro tipo, puede gruñir o aullar, pero poco más; un perro no puede decidir libremente comunicarse rebuznando o cacareando. Sin embargo el hombre es libre, tiene un lenguaje articulado único que le dota de una gran versatilidad para comunicar hasta las sutilezas más profundas, y además de la expresividad de los gestos y la espectacular posibilidad expresiva del rostro humano, el hombre es libre, puede decidir comunicarse en su lengua nativa, o en cualquier otra lengua del mundo, puede comunicarse por mímica, por el lenguaje de sordomudos, mediante dibujos, por medio del arte; el hombre puede inventar nuevos modos de comunicarse, es libre hasta para decidir no comunicarse.
Y antes de terminar con este asunto del lenguaje, vamos a hacer referencia a dos trabajos que pueden usarse como argumentos para defender que todos los hombres que existimos ahora y que han existido antes, somos una sola especie y tenemos un origen común.
Imagen de: gamingsex.wordpress.com
Muchos lingüistas, en particular Noam Chomsky, ven reglas básicas presentes en todos los lenguajes humanos. Pueblos diferentes pueden hablar lenguas distintas por las diferencias culturales, pero bajo las palabras subyace una estructura gramatical parecida. La causa, sugieren, estriba en que el lenguaje es el producto de determinadas estructuras o funciones cerebrales específicas. Ellos ven el lenguaje como algo exclusivamente humano. Hasta las tribus más aisladas, tienen un lenguaje con miles de palabras y una gramática perfectamente estructurada.
También algunos filósofos han entrado al asunto, por ejemplo para J. Fodor:
“El pensamiento se hace con/en un componente cerebral que tiene la estructura de un lenguaje; pero no uno de los naturales (inglés, francés, español etc), sino El Lenguaje. Éste, evidentemente, ha de tener una configuración homóloga a aquellos, porque ha de trasladarse a ellos con facilidad y rapidez. Como el lenguaje del pensamiento es universal, todos los demás (idiomas) poseen la misma complejidad y facultades; por eso cualquier niño de cualquier raza, puede aprender cualquier lengua”.[5]
Estas teorías de J. Fodor, y de N. Chomsky, son difíciles de confirmar, pero también de rebatir.


[1] R. Leakey  y R. Lewin, Nuestros orígenes, RBA-1.995, cap. XIV.
[2] Hay un magnífico informe sobre todas estas investigaciones en L. Prieto, "El hombre y el animal"., p. 479 a 493.
[3] C. Stringer y P. Andrews, La evolución humana, Akal-2.005, p. 130.
[4] R. Leakey, La formación de la humanidad, RBA-1.993, p. 142.
[5] J. Fodor,  El lenguaje del pensamiento,  Citado por Gonzalo Casanova en Debate sobre la hominización, 2.003, www.

sábado, 2 de febrero de 2013

LO QUE COMPARTIMOS CON LOS ANIMALES - II


Imagen de unratonenlafamilia.blogspot.com
En el caso del ser humano, el instinto existe desde el primer momento -por ejemplo el instinto de succionar la leche del pecho materno-, y se mantiene durante toda la vida, pero el prolongado periodo de aprendizaje durante la niñez y la juventud, y la cultura, pueden dejar algunas reacciones instintivas con un valor testimonial, perfeccionándolas y trascendiéndolas; podría decirse que en esto consiste al menos en buena parte, la educación.
Imagen de: fondos10.net
Esto significa que mientras el animal está ligado por su instinto a un ambiente determinado, el hombre está liberado de esa ligazón, es libre, puede desarrollar su actividad en cualquier ambiente, el ambiente del hombre mientras vive en este mundo, es toda la Tierra. 

 Imagen de pixba7.com

El instinto es un impulso tan fuerte y tan imprescindible para el animal, que llega a darse sin la presencia del estímulo correspondiente:
“Lorenz ha descrito varios casos interesantes de actividad en el vacío. Uno de ellos es el caso del estornino que caza insectos imaginarios. Oigamos al propio Lorenz: “Situado en un lugar de observación conveniente, el pájaro (un estornino) levantaba la mirada muy excitado, hacia el techo de la habitación, como si viera insectos volando. Luego echaba a volar hacia arriba, picoteaba en el aire y regresaba al lugar inicial, ejecutaba el movimiento de matar a la presa, la deglutía y se quedaba tranquilo. Tuvo que pasar mucho tiempo para que me quedara plenamente convencido de que en aquel cuarto no volaban minúsculos insectos que mis ojos no llegaban a percibir… Un caso semejante lo proporciona el pájaro tejedor, llamado Quelea. Este pájaro, incluso enjaulado, sigue ejecutando la complicada sucesión de movimientos destinados a atar un tallo de hierba a una rama aunque carezca de ambos para construir su nido”[1]
Imagen de elmundo.es.
Esto permite considerar que si la respuesta instintiva es innata y se manifiesta como respuesta a un estímulo, el condicionamiento del aprendizaje animal, que está basado en el binomio estímulo-respuesta, es exactamente inverso al instinto, porque en éste, la respuesta ya existe antes de que se presente a los sentidos el estímulo. Esto indica que es el medio ambiente que rodea al animal el que está adaptado a él, y denuncia esa idea infundada de que es el animal el que se adapta al medio que le rodea. La Tierra con sus distintos climas, biotopos, ambientes, fue creada para que sirviese adecuadamente a cada tipo de animal, y todo, ellos incluidos, al hombre.


[1] K. Lorenz, Fundamentos de etología, Paidós, Barcelona-1.986, p. 123. Citado por L. Prieto, o. c. p. 151.