imagen de http://images.encarta.msn.comCitaré este caso, por ser con mucha diferencia el ejemplo de “mimetismo evolutivo” más frecuentemente citado en las publicaciones de divulgación científica y en la práctica totalidad de los libros de texto, en los que siempre aparecen algunas fotografías del trabajo original, o dibujos adaptados. Hasta tuve que soportarlo una vez más en el congreso sobre evolución que hubo en la Universidad Gregoriana en Marzo pasado.
Se menciona este trabajo, por representar un “excelente caso de adaptación científicamente comprobado, que ha sucedido ante nuestros ojos y que demuestra definitivamente el axioma principal de la teoría de la evolución, a saber: los individuos mejor adaptados son los que sobreviven.
El profesor H. B. D. Kettlewell,
[1] estudió una mariposa llamada popularmente falena del abedul, (Biston betularia), especialmente su reacción evolutiva ante la contaminación industrial de las grandes ciudades, en las que se usaba principalmente el carbón como materia prima para las calefacciones. La emisión de enormes cantidades de gases de esa combustión, junto con la carbonilla y el hollín de las chimeneas, ocasionaba el ennegrecimiento de las blancas cortezas de los troncos de los abedules en los parques urbanos y en los bosques de los alrededores.
Paralelamente, el profesor observó que la citada mariposa, que presenta un dimorfismo melánico (existen dos variedades que conviven, una de color claro y otra de color oscuro) no estaba representada por poblaciones semejantes según el nivel de contaminación del lugar, observando que en los bosques de abedules en zonas no contaminadas, predominaban las falenas de color claro, porque al pararse sobre el tronco de los abedules, los pájaros no las distinguían bien y más fácilmente veían y se comían a las mariposas de color oscuro. Mientras que en los bosques que estaban en zonas de elevada contaminación, al estar los troncos de los abedules oscurecidos, las falenas que predominaban eran las de tonalidad oscura por ser las que pasaban desapercibidas al confundirse con el color del tronco y no poder ser distinguidas fácilmente por las aves depredadoras.
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El profesor presentó su estudio de forma contundente, perfectamente documentado, y con gran cantidad de fotografías; algunas de las cuales siguen hoy reproduciéndose en los libros de texto. Ahora bien, al ser un ejemplo tan gráfico, actual y evidente, ha suscitado multitud de estudios, pero de todos ellos, se encargan muy bien de no comentar nada los evolucionistas. Vamos a citar las conclusiones de algunos de los trabajos más significativos y las repercusiones que tuvieron sobre el propio profesor Kettlewell. Para ello, seguimos principalmente la recopilación que hace Rémy Chauvin.
1. – Diversos estudios
[2] habían demostrado tras largas observaciones que las mariposas que presentan dimorfismo melánico, se posan indiferentemente en sustratos de distintos colores, incluso en algunos casos prefieren posarse sobre sustratos de un color completamente distinto del suyo propio, esto es, se observó que las mariposas oscuras eligen mayoritariamente posarse sobre sustratos claros.
[3]2. Se realizó otra investigación en concreto sobre el comportamiento de las mariposas del género falena (las estudiadas por Kettlewell) y no se pudo observar ninguna preferencia sobre el color del sustrato en que se posaban las dos variedades melánicas.
[4]3. – Se comprobó que la falena del abedul es una mariposa más bien rara en Inglaterra; que en los recuentos, apenas alcanzaba los veinticinco individuos por kilómetro cuadrado
[5] . (El profesor Kettlewell había realizado sus experimentos en las ciudades industriales del sur de Inglaterra).
4. – El profesor Clarke y sus colaboradores
[6] publicaron un trabajo en el que después de 25 años de observaciones detalladas de campo, confesaron que sólo dos veces, (dos veces en veinticinco años) habían visto una falena posarse sobre un tronco.
5. – Dos biólogos italianos
[7] estudiaron especialmente las falenas, y pudieron comprobar ante su asombro que tanto las de variedad clara como las de variedad oscura, no se posan nunca sobre los troncos de los abedules ni de otros árboles, sino que lo hacen ocultas entre el follaje, posándose en el envés de las hojas.
6. – El profesor J. W. H. Harrisson,
[8] después de 37 años de experimentos, publico un amplio estudio sobre los depredadores de las mariposas, y pudo comprobar que las aves prácticamente nunca comen mariposas, da igual que sean claras u oscuras, o el lugar donde estén posadas.
Ante estos trabajos que contradecían el suyo, el profesor Kettlewell se vio obligado a confesar cómo había realizado su “experimento”: en primer lugar no había trabajado en el campo, simplemente había encerrado en unas jaulas, 84 falenas del abedul y les puso cinco troncos de abedules. Las mariposas sólo tenían para posarse las paredes, el suelo, el techo de la jaula y los troncos de abedules, y aún así, el profesor confesó que no había manera de que las falenas se posasen en los troncos y que para poder tomar las fotos que acompañaban su trabajo, se tuvo que contentar con hacerlas con mariposas muertas fijadas con pegamento en los troncos.
¿Qué queda de la maravillosa y más usada prueba científica a favor de la adaptación y de la selección natural?.
1. Si las fotos son “montajes”.
2. Si las falenas no se paran en los troncos.
3. Si los individuos claros u oscuros se posan indistintamente en sitios de cualquier color, o incluso prefieren los de color contrario al suyo.
4. Y por si era poco, los pájaros no se comen a las mariposas.
Este profesor falsificó el experimento dando por supuesto que debería ser así, puesto que para él, la teoría de la evolución era la verdad. Pero éste es, tristemente, el comportamiento de un fanático, y lo mismo sucede con los que habiendo tenido noticias de todas estas irregularidades, siguen manteniendo y enseñando fraudes como éste.
[1] Kettlewell, H.B.D. – “The evolution of melanismo” – Clarendon press, Oxford, 1.973.
[2] Sheppard, P.M.A. – “A quantitative study of two populations of the moth” – Panaxia heredity, 5, 349-378, 1.951.
[3] Steward, R. C. – “Evolutión of resting behaviour in polymorphic industrial melanic moth species” – Biol. J. Linnean Soc., 24, 285-293, 1.985.
Sargent, T.D. “Melanism in Phigalia titea Lepidoctera Geometridae: a forteen year record from central Massachusetts” – J. New York Entom. Soc. 91, 75-82, 1.983.
[4] Mikkola (1.985).
[5] Rémy Chauvin “Darwinismo El fin de un mito” Espasa Calpe, Madrid, 2.000. p.-111-114. En este libro está el más completo tratamiento de este asunto del mimetismo en las falenas del abedul que hemos encontrado en castellano.
[6] Clarke, C.A.; Sheppard, P.M. “Alocal survey of the industrial melanic forma in the moth Biston betularia, and estimates of the selective value of these in an industrial environment” – Proc. Rot. Soc. 1.065, 424-439, 1.966.
[7] Sermonti, G. ; Catastini, P. “On industrial melanism: Kettlewell’s missing evidence” – Rivista Biol.., 65, 671-698, 1.977.
[8] Harrisson, J.W. H. , Proc. Roy. Soc. 102, 338-247, 1.928.
“ “ , “Melanism in the Lepidoptera” – Entomol. Rec. J. Var. 68, 172-181. 1.956.