Si atendemos a la tecnología, por
lo que sabemos, nosotros la hemos desarrollado más. Pero si se trata de
humanidad, es casi seguro que nos ganaban, ellos enterraban con dignidad a los
hijos que abortaban naturalmente, nosotros provocamos voluntariamente el
aborto, y luego los tiramos. Ellos cuidaban a sus ancianos, nosotros estamos
aceptando la eutanasia. Ellos cazaban para comer, nosotros cazamos por placer.
En este mes de Febrero del 2018,
se ha publicado en Science Advances, el artículo titulado: Symbolic use of marine shells and mineral pigments by Iberian
Neandertals 115,000 years ago de: Dirk L. Hoffmann, Diego E. Angelucci,
Valentín Villaverde, Josefina Zapata y João Zilhão. En el que se relata la
datación en 115.000 años, de unos restos neanderthales: conchas perforadas
teñidas con ocre rojo y con un mineral llamado natrojarosita, cuyo único uso
arqueológico conocido es la cosmética.
Por lo que el uso simbólico de
objetos, no es exclusivo de los sapiens, lo publican como si fuera una novedad,
todo lo hallado anteriormente era ya suficiente para hacer esa afirmación, en
cualquier caso, bienvenida sea. El artículo incluye en su página 5, esta frase:
Esta datación no deja dudas de que los neandertales compartieron el
pensamiento simbólico con los primeros humanos modernos por ello, y por lo que
podemos inferir del material cultural, los neandertales y los primeros humanos
modernos fueron cognitivamente indistinguibles.
Es sorprendente la capacidad de mirar para otro lado que manifiestan la mayor parte de los paleo-antropólogos. Estoy leyendo un libro titulado La mente en la caverna, es una reimpresión de 2016, traducida del original publicado en Londres en el 2002. Su autor es David Lewis-Williams, un prestigioso catedrático, una eminencia, especializado en pinturas rupestres. De los cinco libros que se ofrecen a la venta en el museo de la cueva de Altamira, dos son de este autor.
En el libro se pueden leer cosas como estas:
Los neanderthales no hacían arte (página 39).
Si a un par de antropólogos especializados se les diera la oportunidad de vivir con los neanderthales, estudiarlos y aprender su idioma, creo que se sentirían perdidos, aislados en un mundo incomprensible (página 40).
Los neanderthales eran carroñeros y vivían de los restos de la caza realizada por los animales carnívoros (página 80).
Las comunidades de homo sapiens eran lo suficientemente inteligentes, como para darse cuenta de que la descendencia (de uniones con neanderthales) sería estéril y probablemente mentalmente inferior a ellos (página 89).
A los sapiens del Auriñaciense, les hubiese sido imposible transmitir ideas que la mente del neanderthal, sencillamente, no podía entender (página 91).
La conciencia de los neanderthales les incapacitaba para la creación de imágenes y para los entierros elaborados (página 94).
Los experimentos realizados con chimpancés en el reconocimiento de imágenes en dos o tres dimensiones, pueden darnos una idea de las limitaciones de los neanderthales (página 95).
Y así podríamos seguir hasta el
final del libro.
Es conocida la capacidad que
tienen los evolucionistas, de ignorar todos aquellos descubrimientos y
argumentos que no coinciden con sus ideas, pero en este caso, el autor que
comentamos no es un caso aislado, el estatus pre-humano de los neanderthales es
como un dogma que nos repiten sin cesar, con la esperanza de que lo creamos
Los neanderthales eran capaces
de:
Hacer raspadores, hendedores, y
puntas de flechas y de lanzas preferentemente de sílex y de madera como, la
encontrada clavada en un elefante en Lehringen (Alemania).[1]
Elaborar objetos artísticos como: pendientes hechos con una falange de reno y el canino de un zorro, en el yacimiento de La Quina (Francia); un hueso con marcas longitudinales paralelas en una sepultura en La Ferrassie (Francia); un fragmento de hueso con un dibujo en zigzag, que reveló que el artífice no levantó la herramienta al llegar al extremo, sino que la giró y continuó el dibujo, en un yacimiento en Bacho Kiro (Bulgaria); también un segmento de molar de mamut labrado y perfectamente moldeado en forma oval, en el yacimiento de Tata (Hungría); un pendiente y un amuleto de colgar en Arcy-sur-Cure (Francia).[2]
Se ha encontrado en un yacimiento neanderthal, un trozo de marfil con un mamut exquisitamente grabado.[3]
Enterraban a sus muertos en posición fetal, con restos de animales, otras veces con pigmentos ocres y con ramos de flores, como lo indica el enterramiento de la cueva de Shanidar IV.[4]
Enterraban con dignidad a sus niños muertos recién nacidos y a sus fetos. Como se ha encontrado en el yacimiento de La Ferrassie (Francia).[5]
En el yacimiento de Teshik-Tash, en Urbekistán, se enterró a un niño de unos 9 años rodeado de cuernos de cabra montés clavados en el suelo.[6]
Fabricaban como armarios de piedra con forma de prisma
rectangular, y en ellos apilaban, bien puestos unos sobre otros, cráneos de
osos de las cavernas.[7]
Los neanderthales cuidaban a sus heridos,
como lo muestra un hombre encontrado en la Chapelle-aux-Saints
que había sufrido artritis, sufría una severa parálisis y tenía una mandíbula
rota; o el de Shanidar I de las montañas Zagros en Irak, que era tuerto, tenía
artritis, y el brazo derecho le había sido amputado. Ambos tuvieron que ser
ayudados a sobrevivir por el resto del clan.[8]
Y por si todo esto no es bastante, en 1.966 se descubrió en Eslovenia en un campamento neanderthal, un fragmento de una flauta construida con un fémur de un joven oso. El fragmento contiene dos agujeros intactos y otros dos incompletos.[9] (102) Esto ya es mucho para los que defienden que el neanderthal era poco menos que un mono: ¿música?, ¡imposible!, así que proponen, que los agujeros los hizo un oso de las cavernas que mordió el hueso.[10]
Esa flauta de cuatro agujeros perfectamente circulares y biselados, no pudo ser mordida por un oso, que hubiese roto el hueso en astillas. Se ha probado con una réplica de esa flauta, y se pueden tocar melodías; y también hemos encontrado un magnífico trabajo, de expertos en instrumentos musicales (profesores de conservatorio) que han estudiado esa flauta, y defienden con contundencia que el fragmento encontrado podía dar dos tonos y un semitono perfectamente diatónicos, y que constituye el más antiguo documento del uso de la escala musical.[11]
Y para los que todavía se resisten, 30 años después de su hallazgo, se ha reconstruido otra flauta neanderthal con 31 fragmentos de un colmillo de un joven mamut, encontrado en Geissenklösterle (Alemania) y que perfectamente es asociable a las actuales flautas traveseras o contralto.[12] Ésta última, la han datado en 35.000 años, y la primera en 70.000.
Se encontró un hueso hioides en Israel perteneciente a un neanderthal y era como el nuestro, por lo que podían perfectamente hablar como nosotros.[14]
La ultima datación de las famosas pinturas de la cueva de Altamira en Santillana del Mar, es de 45.000 años, unos 10.000 años antes de que predominaran los rasgos morfológicos de sapiens, (algunos nos quieren convencer, de que lo que pasó, es que llegaron desde África los sapiens hace 35.000 años) luego los que hicieron las pinturas, tenían rasgos neanderthales.
Hasta hace unas décadas, los
hombres neandertales se llamaban Homo sapiens neanderthalis, porque
estaba claro que eran simplemente una variedad morfológica de los seres
humanos, exactamente del mismo modo que podríamos decir Homo sapiens
caucásico. Los motivos por los que son mucho más frecuentes los restos de
los individuos de esa variedad morfológica o de otra, en una zona geográfica
determinada, y durante una época concreta, permanecen desconocidos para
nosotros en la actualidad.
Ángel Luis Hurtado
Semogil Febrero 2018
Ori origin
of Language” – Current Anthropology – 17 - 1.976; p. 276 – 278.
www. platea.pntic.mec.es/neander/arte.
4 - Leaky and Lewin – “Origins” E. P. Dutton - 1.977; p.
125.
5 - Solecki, R. “Shanidar: The First Flower People” – New York – Edit. Knopf
– 1.971; p. 249.
Shreeve, J. “The Neandertal enigma” New
York – Avon Book – 1.995; p. 53.
Trinkaus, E. y Shipman, P. “The
Neandertals: The Changing Image of Mankind” – New York – Edit. Kn pf – 1.993;
p. 255.
[7] 8 - Kennedy, Kenneth, A.
R. “Neandertals Man” Minneapolis Burgess Publishing Company – 1.975; p. 92 Howell,
F. Clark “Early Man” Time Life Book – 1.965; p. 127.
Shackley,
M. Op. cit. p. 110.
[9] 9 - Wilford, J. Noble
“Playing of Flute May Have Graced Neandertal fire” The N. York Time – 29/10/
1996– B5 y B6.
- - “Evidencia del origen de la escala diatónica”
– www.greenwych.ca/fl-compl.htm.
[12]
Conrad, Nicholas - Universidad de Tubinga (Alemania) – Archologisches
Korrespondezblatt – 2.008.
3 comentarios:
¡Hola!, ¿cómo está?, ¡me alegra que usted todavía esté publicando en este blog!; hace quizás más de 6 años me había encontrado este sitio al buscar información sobre Lucy, pero no volví a pasar por aquí hasta ahora hace unos cuantos días.
Se me ha ocurrido preguntarle: ¿ha escuchado acerca de Julia Pastrana?; era una mujer mexicana que tenía rasgos parecidos a los de un simio, e incluso tenía muchísimo vello en la cara y el cuerpo, pero era completamente humana. Se la menciono porque he pensado desde hace mucho que a lo mejor los evolucionistas se hayan encontrado huesos de humanos que padecían las mismas anomalías morfológicas de ella, y hayan dicho que se trata de ancestros del homo sapiens, o eso podría pasar en el futuro.
Leí que Darwin se vio con ella una vez, pensando que podría tratarse precisamente de un antecesor viviente del hombre, pero después del encuentro concluyó que ella era tan humana como él lo era. Puede encontrar información sobre ella en Internet con sólo escribir su nombre en Google.
¡Saludos!
Gracias anónimo, no conocía de la existencia de Julia Pastrana, es una historia muy seria la suya, gracias a Dios ya descansan sus restos en paz. Es muy aguda la observación que haces sobre la posibilidad de que su especial morfología haya sido más frecuente en el pasado, o que casualmente se hayan encontrado restos óseos parecidos a los suyos, no se de ningún esqueleto que se haya encontrado con dos filas de dientes, y lo del pelo no se suele encontrar fosilizado. Nos queda lo del prognatismo (proyección hacia delante) de la zona dental, que parece ser más común en el pasado de lo que es ahora.
Lo que me parece más interesante es que su aspecto por más peculiar que fuese, no afecta en ningún modo a su condición de ser humano. Lo que nos hace ser humanos no son los detalles morfológicos.
Gracias de nuevo. Un abrazo.
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