viernes, 19 de febrero de 2010

LOS DÍAS DE LA CREACIÓN - I


Voy a comentar algunos detalles del primer día de la Creación, esto se ha suscitado a raíz del contacto con “creación en seis días”.

El relato de la Creación está articulado en el Génesis en una secuencia de seis días más uno de descanso o santificación.
Ese término “día” entraña algunas dificultados, sobre todo en los tres primeros días de la Creación en los que aún no han sido creados el Sol y las estrellas.
La Pontificia Comisión Bíblica, ya en 1.909, respondió a esta cuestión:[1]
VIII. En la denominación y en la distinción de los seis días de los que habla el Génesis en el primer capítulo, ¿se puede entender la palabra יּוּטּ (día) tanto en el sentido propio de día natural, como en el sentido impropio de un cierto espacio de tiempo, y es lícito a los exégetas disputar libremente sobre esta cuestión?.
Respuesta: Si
Así pues, la Iglesia no se ha manifestado concretamente sobre el sentido de ese “día” del Génesis. A esas dos posibilidades mencionadas, la de ser un día natural de 24 horas, o de ser otro periodo de tiempo, hay que añadir la posibilidad que menciona San Agustín de que ese término día, se refiere al “conocimiento de la mente angélica”.[2]
Antes de decantarnos (si es que eso es posible) por una u otra interpretación, es totalmente imprescindible analizar lo que aparece en el texto antes de la palabra “día”.
Es significativo el comienzo del relato de la creación: “Al principio creó Dios los cielos y la Tierra”. En esa frase corta y escueta, está el mejor resumen que nadie puede hacer sobre el origen, pues a saber:
“Al principio”: lo primero que es creado es el Tiempo, como una sucesión de instantes que no es eterna, al menos en lo que respecta a la creación, antes del principio del tiempo, no existía tiempo, al menos como nosotros lo conocemos. El tiempo puede ser infinito, pero tuvo un origen.



“Creó Dios”: crear es hacer algo de la nada, el verbo usado en hebreo no se puede traducir por nuestro hacer, sino por hacer algo portentosamente, sobrenaturalmente, más cercano a lo que comúnmente entendemos por milagro.

“Los cielos”: Es el espacio, el lugar aún sin ningún cuerpo en él. No se puede entender como lo que vemos mirando hacia arriba en el campo, eso es más propiamente el firmamento que Dios creará el segundo día. Antes de la creación, no existía ni siquiera el lugar en el que poner el universo.

“Y la Tierra·”: No se refiere al planeta Tierra, lo creado es la materia, no es necesario indicar la imbricación de materia y energía, porque todos nos hemos calentado con una hoguera, convirtiendo leña en energía (además de en ceniza, humo etc…). Y todos hemos visto la famosa fórmula e = m.c2

Esa materia creada en el primer día es una materia informe, sin ninguna forma, ni aún la de los elementos químicos, por eso el relato continua: “la tierra era caos y confusión”.
Los tres parámetros de la física: el tiempo, el espacio y la energía-materia. Qué curioso.

Continuará si Dios lo permite.

[1] Pontificia Comisión Biblica Sobre el carácter histórico de los tres primeros capítulos del Génesis (30 de junio de 1909) [AAS 1 (1909) 567-569]
[2] San Agustín “Interpretación literal del Génesis”Libro I c9.15 a 12.25 Edit. Eunsa 2.006
Santo Tomás de Aquino “Suma de Teología” I parte I c74 a2. Edit BAC 2.001

Semogil 19 de Febrero del 2.010

2 comentarios:

JuanC dijo...

Una aclaración, la PBC, bajo Pío X, respondió afirmativamente a la cuestión si es lícito interpretar en Génesis 1 el término hebreo ‘yom’ (día) tanto en el sentido propio de día natural, como en el sentido impropio de un cierto espacio de tiempo, y si es lícito a los exegetas disputar libremente sobre esta cuestión. Pero hay que tener en cuenta que la PBC tenía muy en cuenta la versión de San Agustín –limitando la creación total a un solo día– contrariamente al resto de Padres de la Iglesia que consideran cada día en sentido propio. Una respuesta negativa hubiera contradicho a una autoridad como San Agustín. Pero esto no significa que la PBC justifique la interpretación no literal del término ‘yom’, como significando millones de años. Si nos fijamos bien se afirma que “es lícito a los exegetas disputar libremente sobre esta cuestión”, pero no se está diciendo que ahora se pueda interpretar ‘yom’ en sentido no literal. En cierto modo, la interpretación de San Agustín es también literal.

Ángel dijo...

Gracias por la aclaración, es evidente que no pretendo hacer decir a la PBC lo que no dice. Sólo quería dejar claro que no existe una postura definida sobre el significado de día en la Creación.
Entiendo que Dios tiene poder para haber creado el mundo en un instante si esa es su voluntad.
Entiendo también que no hay ningún motivo para pensar que cada día de la Creación, son millones de años.
Pero la presencia de tantas rocas sedimentarias llenas de fósiles, me hacen no poder aceptar de primeras una edad para la Tierra de 4.600 años, aunque ese dato se pueda obtener de las genealogías bíblicas.
San Agustín se refiere a que el conjunto de la Creación fue en un día, porque interpretaba ese día como el conocimiento de la mente angélica, no cómo un periodo determinado de tiempo.