SOBRE: “AHORA EXISTEN SERES VIVOS DE LOS QUE NO HAY RESTOS FÓSILES”:
Este punto, en realidad es el único de los cuatro, que a primera vista puede tener alguna relación con una prueba de la evolución de las especies. Y tampoco es la única deducción coherente, ni siquiera la más plausible. Veamos: Si no hay restos fósiles de muchos de los seres vivos actuales puede ser por dos motivos: a) Estos seres vivos no existían en un pasado geológico; y b) Si existían, pero no encontramos restos fósiles de ellos.
Analicemos estas dos posibilidades:
1. Sencillamente existe la posibilidad de que no haya restos fósiles en épocas geológicas antiguas de algunos seres vivos de los que existen en la actualidad, simplemente porque no existían en aquella época. Pero esto no ha de entenderse necesariamente en el sentido de que si no existían es que han evolucionado de otros que sí vivían entonces.
En este punto es imposible seguir adelante sin hacer una precisión de índole filosófica, pues la interpretación que se haga de este punto, tiene siempre en su raíz una decisión de fe, aún para aquellos que intentan defender que argumentan sólo desde la ciencia.
Para los que creemos que existe una causa primera de la existencia de los seres vivos, los que aceptamos que los seres vivos han sido creados, podemos aceptar que la no existencia de restos fósiles de algunos seres vivos en el pasado geológico, puede deberse simplemente a que no hubieran sido creados todavía, puesto que no hay ningún obstáculo científico, filosófico ni teológico que impida considerar que la creación fue escalonada en el tiempo.
Por otro lado, los que creen que no existe una causa primera y que la vida es fruto del “azar”, -puesto que no es admisible la generación espontánea en la actualidad-, necesitan creer que la vida surgió en un determinado momento, con una atmósfera distinta de la actual, lo que ya ha sido suficientemente desmentido.[i] También necesitan creer que los seres vivos actuales han surgido de otros anteriores a ellos ¿de dónde si no?. Así pues, entiendo que en lo referente a este punto, es una cuestión de necesitar creer en la evolución, en ningún caso una conclusión científica, puesto que no puede demostrarse en modo alguno que los seres vivos actuales provengan de otros distintos y anteriores a ellos en el tiempo.
De tal modo que en este momento, nos encontramos de frente con el comentario de fraile benedictino Stanley Jaki, citado por el cardenal Schönborn: “El mayor problema de la afirmación de los darwinistas de que no existe un fin, es el siguiente: el proceso evolutivo supuesto sin finalidad llega como su resultado final a un ser, el hombre que todo lo hace con un fin. Por lo que los evolucionistas niegan la existencia de un fin, con un fin: su objetivo es lo que desea el materialismo, ciertamente, esto no es una ciencia, es una antimetafísica”.[ii]
2. Si consideramos la posibilidad de que los seres vivos actuales existían en épocas geológicas anteriores pero no encontramos sus restos fósiles, esto puede deberse a alguno o a varios de estos motivos:
1 – Los yacimientos en los que están esos fósiles, no se han conservado o están demasiado enterrados. Si consideramos con seriedad que: Los procesos orogénicos entierran los sedimentos continentales, dejando en superficie rocas de origen marino; que los sedimentos continentales son apenas el 1% del total de las rocas sedimentarias formadas; y que los procesos de metamorfismo regional destruyen la mayoría de los fósiles; podemos comprender que existe una posibilidad real elevada, de que conforme nos remontamos atrás en el tiempo geológico, sea exponencialmente más difícil encontrar sedimentos fosilíferos continentales, independientemente de qué seres vivos existieran entonces. Por lo que el no encontrar sus restos fósiles, no permite afirmar con certeza que un ser vivo no existía en una época geológica determinada.
2 –. Todavía no hemos encontrado esos fósiles. Continuamente estamos presenciando como nuevos hallazgos remontan hacia atrás la presencia de algunos seres vivos en la tierra, como ejemplos de esto, podemos citar:
· el descubrimiento en Diciembre del 2.003 de restos de canguros, koalas y comadrejas en China en los primeros niveles del Cretácico, 50 ma. Más antiguos de lo que se admitía hasta ese momento.[iii]
· Un equipo canadiense, formado por Dave Rudkin, Graham Young, Godfrey Nowlan y colaboradores, ha encontrado un fósil de cangrejo de herradura en las rocas del Ordovícico al norte de Manitoba (Canadá) de 445 millones de años de antigüedad. Al fósil lo han denominado Lunataspis aurora, que significa literalmente “luna creciente escudo del amanecer” en referencia a su forma. Aunque es más primitivo que sus descendientes modernos su semejanza es indiscutible y remonta su antigüedad 100 ma. más de lo que se pensaba hasta este descubrimiento.[iv]
· Y también Silvina Valais en el 2.008 describe un yacimiento de icnitas en la Patagonia, en rocas de la base del Triásico, en la que aparecen tres tipos de huellas de aves y un tipo de huellas de mamífero. Lo que remonta el origen de las aves desde el Jurásico medio a la base del Triásico, unos 70 ma.[v]
Es un error afirmar que una especie, una familia o un phyllum aparecieron en una época geológica. Ese es un dato siempre provisional. Y sólo alcanzará algún nivel de credibilidad, cuando se realice un amplio inventario de yacimientos de épocas anteriores que por sus características litológicas, de ambiente sedimentario y estado de conservación, pudiesen contener dichos fósiles, y no los contengan.
3 – Como no conocemos la variabilidad morfológica de las especies, podemos fácilmente deducir erróneamente que un pequeño cambio morfológico indica una especie distinta. Esto es lo que sin duda ocurre con las “series evolutivas” de especies, que se han construido por ejemplo con los caballos o los cerdos en los sedimentos Neógenos de la zona de los grandes lagos africanos.
Por lo que vemos que tampoco en este punto se puede defender que la evolución de las especies sea la única postura coherente. Será la única postura coherente si se acepta acríticamente el paradigma “científicamente correcto”. Ya hemos visto que la única posibilidad que se puede deducir de este punto estriba en una necesidad de creer que ha sido así.
[i] - Sanvisens, Alejandro “Toda la verdad sobre la evolución” – Edit. Promociones y publicaciones universitarias – 1.996. pág – 185 ss.
- Abelson, P.H. Proc. Nat. Acad. Sci., 55, 1365 – 1.966.
- Gish, Duane T. “Teorias sobre el origen de la vida: crítica” Edit. Clie – 1.985, pág. 31.
- Shapiro, Robert (1.986): “Orígenes” p. 103 – Edit. Salvat - Barcelona.
- Canuto, V.M.; J.S. Levine; T.R. Augustsson; C.L. Imhoff (1982): Nature, 296, p. 816.
- Pfug H. D., y Jaeschyke-Boyer, H., “Análisis combinado estructural y químico de los microfósiles de 3.800 años de antigüedad”, Nature (1.979) p. 280:483.
- Gish, D.T., op. cit. pág: 31 – 32.
- Carver, J.H., “Niveles atmosféricos de oxígeno prebióticos” Nature, 1.981, 292 :136
- Walker, J.C.G., “Nueva valoración del papel del oxígeno y los rayos ultravioleta en la evolución del precámbrico”, Nature 1.976, 264: 620 –624.
- Maynard Smith, John: “Los problemas de la biología”. Edit. Cátedra, Col Teorema, 1.987, p. 176.
- Gerald F. Joyce – “RNA Evolution and the Origins of Life” Nature – 338; p. 217-224, 1.989
- Thaxton, Charles. “DNA, Desing and Origins of Life” – 1.986
- Cairns-Smith, A.G. 1.990. “Siete pistas sobre el origen de la vida”. Madrid, Edit. Alianza Editorial. p. 81ss.
- Jonson, Phillip E. “Juicio a Darwin” Edit. Homolegens – 2.007, p. 125 ss.
[ii] Card. Christoph Schönborn – “Caso o Disegno? Evoluzione e creazione secondo una fede ragíonevole” Edicione Studio domenicano Bologna 2.007. pag – 153.
[iii] - www.elmundo.es/elmundo/2003/12/12/ciencia/1071195388.html
[iv] - Dave Rudkin, Graham Young, Godfrey Nowlan - 13 de Febrero de 2008
[v] - De valais, Silvina - Biblioteca central Univ. Buenos Aires Facultad de ciencias exactas y naturales Tesis 4247.
Este punto, en realidad es el único de los cuatro, que a primera vista puede tener alguna relación con una prueba de la evolución de las especies. Y tampoco es la única deducción coherente, ni siquiera la más plausible. Veamos: Si no hay restos fósiles de muchos de los seres vivos actuales puede ser por dos motivos: a) Estos seres vivos no existían en un pasado geológico; y b) Si existían, pero no encontramos restos fósiles de ellos.
Analicemos estas dos posibilidades:
1. Sencillamente existe la posibilidad de que no haya restos fósiles en épocas geológicas antiguas de algunos seres vivos de los que existen en la actualidad, simplemente porque no existían en aquella época. Pero esto no ha de entenderse necesariamente en el sentido de que si no existían es que han evolucionado de otros que sí vivían entonces.
En este punto es imposible seguir adelante sin hacer una precisión de índole filosófica, pues la interpretación que se haga de este punto, tiene siempre en su raíz una decisión de fe, aún para aquellos que intentan defender que argumentan sólo desde la ciencia.
Para los que creemos que existe una causa primera de la existencia de los seres vivos, los que aceptamos que los seres vivos han sido creados, podemos aceptar que la no existencia de restos fósiles de algunos seres vivos en el pasado geológico, puede deberse simplemente a que no hubieran sido creados todavía, puesto que no hay ningún obstáculo científico, filosófico ni teológico que impida considerar que la creación fue escalonada en el tiempo.
Por otro lado, los que creen que no existe una causa primera y que la vida es fruto del “azar”, -puesto que no es admisible la generación espontánea en la actualidad-, necesitan creer que la vida surgió en un determinado momento, con una atmósfera distinta de la actual, lo que ya ha sido suficientemente desmentido.[i] También necesitan creer que los seres vivos actuales han surgido de otros anteriores a ellos ¿de dónde si no?. Así pues, entiendo que en lo referente a este punto, es una cuestión de necesitar creer en la evolución, en ningún caso una conclusión científica, puesto que no puede demostrarse en modo alguno que los seres vivos actuales provengan de otros distintos y anteriores a ellos en el tiempo.
De tal modo que en este momento, nos encontramos de frente con el comentario de fraile benedictino Stanley Jaki, citado por el cardenal Schönborn: “El mayor problema de la afirmación de los darwinistas de que no existe un fin, es el siguiente: el proceso evolutivo supuesto sin finalidad llega como su resultado final a un ser, el hombre que todo lo hace con un fin. Por lo que los evolucionistas niegan la existencia de un fin, con un fin: su objetivo es lo que desea el materialismo, ciertamente, esto no es una ciencia, es una antimetafísica”.[ii]
2. Si consideramos la posibilidad de que los seres vivos actuales existían en épocas geológicas anteriores pero no encontramos sus restos fósiles, esto puede deberse a alguno o a varios de estos motivos:
1 – Los yacimientos en los que están esos fósiles, no se han conservado o están demasiado enterrados. Si consideramos con seriedad que: Los procesos orogénicos entierran los sedimentos continentales, dejando en superficie rocas de origen marino; que los sedimentos continentales son apenas el 1% del total de las rocas sedimentarias formadas; y que los procesos de metamorfismo regional destruyen la mayoría de los fósiles; podemos comprender que existe una posibilidad real elevada, de que conforme nos remontamos atrás en el tiempo geológico, sea exponencialmente más difícil encontrar sedimentos fosilíferos continentales, independientemente de qué seres vivos existieran entonces. Por lo que el no encontrar sus restos fósiles, no permite afirmar con certeza que un ser vivo no existía en una época geológica determinada.
2 –. Todavía no hemos encontrado esos fósiles. Continuamente estamos presenciando como nuevos hallazgos remontan hacia atrás la presencia de algunos seres vivos en la tierra, como ejemplos de esto, podemos citar:
· el descubrimiento en Diciembre del 2.003 de restos de canguros, koalas y comadrejas en China en los primeros niveles del Cretácico, 50 ma. Más antiguos de lo que se admitía hasta ese momento.[iii]
· Un equipo canadiense, formado por Dave Rudkin, Graham Young, Godfrey Nowlan y colaboradores, ha encontrado un fósil de cangrejo de herradura en las rocas del Ordovícico al norte de Manitoba (Canadá) de 445 millones de años de antigüedad. Al fósil lo han denominado Lunataspis aurora, que significa literalmente “luna creciente escudo del amanecer” en referencia a su forma. Aunque es más primitivo que sus descendientes modernos su semejanza es indiscutible y remonta su antigüedad 100 ma. más de lo que se pensaba hasta este descubrimiento.[iv]
· Y también Silvina Valais en el 2.008 describe un yacimiento de icnitas en la Patagonia, en rocas de la base del Triásico, en la que aparecen tres tipos de huellas de aves y un tipo de huellas de mamífero. Lo que remonta el origen de las aves desde el Jurásico medio a la base del Triásico, unos 70 ma.[v]
Es un error afirmar que una especie, una familia o un phyllum aparecieron en una época geológica. Ese es un dato siempre provisional. Y sólo alcanzará algún nivel de credibilidad, cuando se realice un amplio inventario de yacimientos de épocas anteriores que por sus características litológicas, de ambiente sedimentario y estado de conservación, pudiesen contener dichos fósiles, y no los contengan.
3 – Como no conocemos la variabilidad morfológica de las especies, podemos fácilmente deducir erróneamente que un pequeño cambio morfológico indica una especie distinta. Esto es lo que sin duda ocurre con las “series evolutivas” de especies, que se han construido por ejemplo con los caballos o los cerdos en los sedimentos Neógenos de la zona de los grandes lagos africanos.
Por lo que vemos que tampoco en este punto se puede defender que la evolución de las especies sea la única postura coherente. Será la única postura coherente si se acepta acríticamente el paradigma “científicamente correcto”. Ya hemos visto que la única posibilidad que se puede deducir de este punto estriba en una necesidad de creer que ha sido así.
[i] - Sanvisens, Alejandro “Toda la verdad sobre la evolución” – Edit. Promociones y publicaciones universitarias – 1.996. pág – 185 ss.
- Abelson, P.H. Proc. Nat. Acad. Sci., 55, 1365 – 1.966.
- Gish, Duane T. “Teorias sobre el origen de la vida: crítica” Edit. Clie – 1.985, pág. 31.
- Shapiro, Robert (1.986): “Orígenes” p. 103 – Edit. Salvat - Barcelona.
- Canuto, V.M.; J.S. Levine; T.R. Augustsson; C.L. Imhoff (1982): Nature, 296, p. 816.
- Pfug H. D., y Jaeschyke-Boyer, H., “Análisis combinado estructural y químico de los microfósiles de 3.800 años de antigüedad”, Nature (1.979) p. 280:483.
- Gish, D.T., op. cit. pág: 31 – 32.
- Carver, J.H., “Niveles atmosféricos de oxígeno prebióticos” Nature, 1.981, 292 :136
- Walker, J.C.G., “Nueva valoración del papel del oxígeno y los rayos ultravioleta en la evolución del precámbrico”, Nature 1.976, 264: 620 –624.
- Maynard Smith, John: “Los problemas de la biología”. Edit. Cátedra, Col Teorema, 1.987, p. 176.
- Gerald F. Joyce – “RNA Evolution and the Origins of Life” Nature – 338; p. 217-224, 1.989
- Thaxton, Charles. “DNA, Desing and Origins of Life” – 1.986
- Cairns-Smith, A.G. 1.990. “Siete pistas sobre el origen de la vida”. Madrid, Edit. Alianza Editorial. p. 81ss.
- Jonson, Phillip E. “Juicio a Darwin” Edit. Homolegens – 2.007, p. 125 ss.
[ii] Card. Christoph Schönborn – “Caso o Disegno? Evoluzione e creazione secondo una fede ragíonevole” Edicione Studio domenicano Bologna 2.007. pag – 153.
[iii] - www.elmundo.es/elmundo/2003/12/12/ciencia/1071195388.html
[iv] - Dave Rudkin, Graham Young, Godfrey Nowlan - 13 de Febrero de 2008
[v] - De valais, Silvina - Biblioteca central Univ. Buenos Aires Facultad de ciencias exactas y naturales Tesis 4247.
Semogil 21 de Abril del 2.011
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