miércoles, 6 de septiembre de 2017

Las pisadas humanas de Creta



El pasado 2 de Septiembre, se difundió la noticia del hallazgo en Creta de un rastro de pisadas “posiblemente” humanas. No son las primeras que se encuentran fosilizadas, pero lo llamativo de este nuevo descubrimiento, es la edad que se les atribuye: 5.700.000 años de antigüedad. Mucho más antiguas que todos los supuestos antepasados del hombre (ardipithecus, australopithecus, etc.).
El trabajo original sobre el descubrimiento y las investigaciones posteriores está en: G.D. Gierlinski, et al., Possible hominin footprints from the late Miocene (c. 5.7 Ma) of Crete?, Proc. Geol. Assoc. (2017), http://dx.doi.org/10.1016/j.pgeola.2017.07.006.
Todas las imágenes de esta entrada están tomadas de ese trabajo.

Se trata de dos rastros cortos de tres o cuatro huellas cada uno que quedaron impresas en la arena húmeda de una playa en el noroeste de la isla de Creta. Las huellas se alejan del mar hacia el suroeste, se dirigen hacia tierra firme.

Todos los estudios realizados, indican que la criatura que las hizo, era bípedo, plantígrado,  pentadáctilo, sin garras, con los cinco dedos en paralelo y en dirección longitudinal con respecto al pie, sin espacio entre el dedo gordo y los restantes, con el dedo gordo de mayor tamaño y más estrecho en su base que distalmente (con forma de porra), y una potente almohadilla en el extremo distal del primer metatarsiano, (en la planta junto al comienzo del dedo gordo).

En el trabajo se comparan estas huellas con las de los animales plantígrados: con las patas traseras de un oso, con las patas de los primates, de los simios actuales, con las huellas de Laetoli y con unas huellas humanas de hace 1’5 m.a. encontradas en Kenia. La comparación hace patente que no son huellas de oso, ni de primate ni de simio, son huellas semejantes a las de Kenia, Laetoli, o las de un ser humano actual, sólo que considerablemente más antiguas.


Lo más interesante de este hallazgo es que se ha podido datar con mucha precisión, ya que el estrato que contiene las huellas está sobre otro que ha podido ser datado perfectamente por la asociación de foraminíferos que contiene (conchas microscópicas, el zooplancton, acompañamos una imagen de globigerina pseudobesa, una de las decisivas para datar las huellas), y está por debajo del paquete salino que marca una época al final del Mioceno, en la que el empuje de África, cerró el estrecho de Gibraltar y el mediterráneo llegó hasta casi secarse, dejando en el fondo un paquete enorme de yesos y sal. Esto ocurrió al final del periodo llamado Messiniense. En la columna de la figura superior, el complejo salino es el llamado Hellenikon Group. 
Todo ello permite precisar que las huellas son del Mioceno superior, y que tienen aproximadamente 5’7 millones de años. (Es posible que ese número esté inflado en uno o dos ceros, y que las huellas tengan 570.000 años o incluso sólo 57.000, que ya son años, pero las dataciones radiométricas son de por sí, imprecisas). El número exacto de años que han pasado desde el Messiniense hasta ahora, no es lo importante, lo importante es que esas huellas son mucho más antiguas que todos los supuestos antepasados del ser humano, con lo que, toda las hipótesis que se han construido con respecto al origen de nuestra especie quedan refutadas.
Tal es la relevancia de este hallazgo, que los propios autores a pesar de las conclusiones a las que se llegan por lo investigado, no se atreven a afirmar que son huellas humanas, sino que el título del artículo indica lo de “posibles”, y en sus conclusiones, dicen: “Siempre son deseables fósiles mejores y más numerosos, pero tampoco se pueden ignorar las pruebas actualmente disponibles y sus posibles implicaciones, por más desafiantes que puedan ser”.
Han hecho una investigación magnífica, sabiendo que los iban a desacreditar de cualquier manera posible, han sido valientes y eso es de agradecer, porque existe lo “científicamente correcto” en todas las disciplinas, pero en el asunto del origen del hombre, aportar argumentos que pongan en duda la “versión oficial”, es bastante arriesgado para tu futuro profesional.
En esta imagen aparecen: f) una huella humana actual; g) una de las huellas encontradas en Creta; h) un pie humano, e i) una de las huellas del rastro de Kenya de 1'5 millones de años.

A pesar de lo excelente del estudio publicado, se echan en falta argumentaciones sobre :
a) Un cálculo de la longitud del paso, con lo que podría establecer algún parámetro sobre la altura del individuo o al menos de la longitud de sus piernas.
b) Alguna matización sobre el modo de locomoción que marcó las huellas, no es lo mismo la huella que se deja cuando uno anda tranquilo, que cuando anda ligero, corre o salta.
c) Alguna precisión sobre la diferencia en los tipos de huellas que se dejan, según el modo en que se apoye el pie. Estas huellas de Creta que marcan fuertemente el dedo pulgar y el bulto del extremo distal del primer metatarsiano, corresponde a la pisada de alguien que camina apoyándose en la parte interna del pie, medicamente, a esta forma de pisar se llama pisada “pronadora” (las personas que pisan así, gastan más el tacón por el lado interior de pie). Suele ser un modo de caminar que se hace hábito, como método instintivo de prevención de las luxaciones habituales al andar por terreno irregular.
d) Una argumentación sobre la posible explicación de por qué, en las huellas de Creta está tan poco marcado el talón, lo que se corresponde con la huella que dejan las personas que tienen un modo de pisar que medicamente se denomina “pie equino” cuando se anda apoyando preferentemente la parte delantera del pie. 
Tenemos pues, unas huellas de los pies de un ser bípedo, plantígrado, pentadáctilo, con los cinco dedos paralelos y en posición longitudinal a la planta, sin distancia entre el pulgar y el siguiente dedo, que caminaba con pisada pronadora y con pie equino, huellas que no son ni de primate ni de simio, ni de oso, ni de ningún otro ser conocido, y dado que todas estas características se dan en unas huellas humanas, ¿por qué no se afirma con rotundidad que son humanas?, como ocurriría si se hubiese encontrado un rastro de huellas cuyas características encajasen con las huellas de un oso actual, todos afirmarían tranquilamente que son huellas de oso.
Pero afirmar que existían seres humanos en el Mioceno es tirar por tierra todo el llamado proceso de hominización. Aunque los evolucionistas son especialistas en explicarlo todo, es sorprendente una teoría con pretensiones de científica que explica una cosa y la contraria, que evolucionando un pez salió del mar y se hizo terrestre, y evolucionando, un mamífero se metió en el mar y se hizo marino. Es como si un físico explicase la ley de la gravedad diciendo que unas veces los cuerpos son atraídos hacia abajo y otras veces esa misma fuerza los repele hacia arriba.
En esta imagen, las huellas de: c) mono; d) gorila; e) Chimpancé.
De este modo ahora tendrán que argumentar que los dedos estuvieron juntos en el Mioceno, evolucionaron y el pulgar se abrió, y despues evolucionaron de nuevo y se juntaron, y no pasa nada.

En cualquier caso, con estas huellas se hará lo mismo que con las de Laetoli, se dirá que las hicieron algunos pre-humanos, (homínidos u homininos, como les ha dado en llamar a ese grupo de seres virtuales). En cualquier caso, verán como todo sigue igual, nadie mencionará estas huellas ni lo que suponen, y seguirán enseñando lo que ellos necesitan creer que ha sucedido, aunque no se corresponda con la realidad atestiguada por los yacimientos.
El problema no es sólo que queda en evidencia la falsedad de todo el edificio del proceso de hominización, lo peor es, que si ya había hombres con un pie como el nuestro en el Mioceno, buscar sus supuestos antepasados en terrenos anteriores, se vuelve prácticamente imposible, porque en la zona de los grandes lagos africana, donde han buscado hasta ahora a nuestros antepasados, están los estratos de los sedimentos de lagos de agua dulce, sin plegar y sin interrupciones desde la actualidad hasta hace unos cuatro millones de años atrás, pero eso no existe en otro lugar de la tierra con materiales más antiguos, así que no es fácil saber siquiera, dónde se puede ir a buscar restos de antepasados humanos más antiguos del Mioceno.
Dicho todo esto, ahora podemos volver a incidir con otros hallazgos que hasta ahora se han silenciado y que dan referencia de la existencia de seres humanos en el Mioceno, apoyando la autoría humana de esas huellas de Creta:
En 1.860, el profesor Carlos Ribeiro responsable del servicio geológico de Portugal, realizó unas excavaciones en el valle del estuario del Tajo, cerca de Lisboa. Encontró en terrenos del Mioceno, una colección de herramientas rudimentarias de sílex y cuarcita (que parece ser se conservan aún en el museo de Historia Natural de Lisboa).[1] 
Ribeiro, no fue el único que encontró restos de herramientas en el Mioceno, también el arqueólogo francés, Louis de Bourgeois las encontró en Thenay (Francia).[2]
En Asia, Fritz Noetling del departamento de investigaciones geológicas de la India, encontró también herramientas líticas en estratos del Mioceno en Burma.[3]
Al llegar los años del empuje evolucionista, algunos antropólogos, como Neri Delgado, sucesor en el cargo de Carlos Ribeiro, negaron la autenticidad de los hallazgos, alegando que, tanto en Portugal como en Francia, y también en la India, las herramientas se habían construido solas, por fracturas espontáneas producidas por los agentes meteorológicos.[4]
No importó en absoluto que el Antropólogo francés Gabriel de Mortillet, describiera el hallazgo del esqueleto de un hombre moderno en el Mioceno del sur de Francia.[5]
Parece que a algunos no les interesa hablar de estas cosas, pero la verdad acabará imponiéndose.

Ángel Luis Hurtado.
Semogil, 6 de Septiembre del 2017.


[1] - Ribeiro, C. “L’homme tertiaire en Portugal” – Congr. Int. d’Antrop. et d’Arch. Préhistoriques – Lisboa – 1.884, p. 81 – 91.
        - Ribeiro, C. “Description de quelques Silex et Quarzites tailles provenant des couches du terrain tertiaire et du Quaternaire des Bassins du Tage et du Sado. Lisbon” – Academia Real das Ciencias de Lisboa. – 1.871.
        - Ribeiro, C. “Sur des silex taillés, decuverts dans les terrains miocene du Portugal” - Congr. Int. d’Antrop. et d’Arch. Préhistoriques – Bruxeles – 1.872. p. 95 – 100.
        - Ribeiro, C. “Sur la position géologique des couches miocenes y pliocenes du Portugal” -  Congr. Int. d’Antrop. et d’Arch. Préhistoriques – Bruxeles – 1.872. p. 100 – 104.
[2] – Bourgeois, L. “Sur les silex considerés comme portant les margues d’un travail humain et découverts dans le terrain miocene de Thenay”- Congr. Int. d’Antrop. et d’Arch. Préhistoriques – Bruxeles – 1.872. p. 81 – 92.
[3] – Noetling, F. – “On the ocurrence of chpped flints in the Upper Miocene of Burma” – Records of the geological Survey of India – 1.894 p. 101 – 103.
[4] – Delgado, J.F. Neri – “Les silex tertiaires d’Otta” - Congr. Int. d’Antrop. et d’Arch. Préhistoriques – xª sesión – 1.889. p. 529 - 533.
[5] De  Mortillet – “Le Préhistorique” – París – C. Reinwald.

lunes, 23 de enero de 2017

LA EVOLUCIÓN DE LOS GORRIONES DE NORTEAMÉRICA




Imagen de: variedades-amigosdelmundovirtual.blogspot.com


Con el llamativo título: La vertiginosa evolución de los gorriones de Norteamérica, ha aparecido el 18 de Enero de este año, en el diario El Mundo, un amplio comentario sobre una entrevista a Borja Milá, del Museo Nacional de Ciencias Naturales – CSIC, sobre una investigación que ha realizado con otros ornitólogos norteamericanos sobre los gorriones del Norte y del Centro de América.
El trabajo, como es la moda, se fundamenta en los análisis de las diferencias encontradas en las secuencias de nucleótidos del ADN de los diferentes linajes de gorriones. Y también en el supuesto de que los gorriones llegaron a Norteamérica procedentes de Eurasia tras la última glaciación, hace unos 15.000 años.
El artículo afirma que mientras que el gorrión de Centroamérica (llamado Junco de ojo amarillo - Junco phaeonotus), lleva cientos de miles de años sin evolucionar, el gorrión de Norteamérica (llamado junco de ojo oscuro - Junco hyemalis) entró por el estrecho de Bering y desde entonces, se ha diversificado en seis linajes que viven en regiones diferentes desde Alaska a Arizona, con notable variabilidad en sus ADN y un plumaje de diferente color.

 Junco (gorrión) de ojo oscuro, imagen de: elmundo.es

Veamos la poca seriedad de esta investigación que se presenta al público como ciencia:

1º -  El artículo habla de evolución vertiginosa, de especiación (formación de nuevas especies), ¿cómo puede afirmar eso?, si a la vez indica claramente que:  sin embargo, las diferentes poblaciones son capaces de reproducirse fácilmente y formar híbridos cuando entran en contacto.
Si pueden formar híbridos fértiles, a pesar de tener distinto color en las plumas, es que son la misma especie, y entonces no procede hablar de especiación, ni tampoco de híbridos (que por definición, se dan en cruces entre individuos de diferentes especies). Esto que exponen, es más o menos como cuando un gallo negro monta a una gallina marrón, ¡que descubrimiento! No era consciente de que en mi gallinero se estaba dando una evolución vertiginosa.




Junco (gorrión) de ojo amarillo, imagen de: Pinterest.com



2º - ¿Por qué afirman que el gorrión de ojo oscuro procede de Eurasia, colonizó Norteamérica hace 15.000 años y desde entonces se ha diversificado en seis linajes?, ¿Cómo saben que los de ojos oscuros no descienden de algunos de los de ojos amarillos?, si afirman que el gorrión de ojo amarillo vive desde hace cientos de miles de años en México y Guatemala.
Si los gorriones de ojo oscuro que viven en Alaska, emigran en invierno a las islas del Caribe, es que pueden desplazarse cada año miles de kilómetros. ¿Cómo saben que no proceden todos ellos de los gorrriones de Sudamérica?, si los últimos datos indican que América del Norte y del Sur se unieron hace 13 millones de años[1].
¿Cómo saben que esos gorriones de ojo oscuro no estaban anteriormente en Norteamérica?, porque el color de las plumas no fosiliza, y los huesos fósiles no permiten distinguir el color de los ojos de los gorriones.
Suponiendo que fuese cierta esa colonización hace 15.000 años, ¿cómo saben que no llegaron juncos de ojo oscuro con diferente ADN y con diferente plumaje?, o ¿acaso conocen el color de las plumas o de los ojos que tenían esos juncos colonizadores?

 Junco (gorrión) de ojo oscuro, imagen de: Flickriver.com



3º - ¿Por qué se empeñan en dar tanta importancia a las variaciones en las secuencias de nucleótidos del ADN? Puesto que afirman que todos son la misma especie, puesto que pueden cruzarse. No se dan cuenta de que las variaciones en las secuencias del ADN son algo natural, propio de cada especie y que carecen de la importancia que le dan, puesto que con todas esas variaciones, todos llevan una vida normal.
No quieren darse por enterados de que no existe un gen que marque el color de las plumas ni el de los ojos, ni en general ningún fenotipo, que es la vida del pájaro heredada de sus progenitores, su organismo, y cómo cada célula utiliza el ADN que contiene, lo que determina el color de su plumaje y la mayoría de lo que nos es perceptible por lo sentidos.
El ADN sirve para que una célula monte determinadas proteínas, pero es la célula la que usa el ADN, no al revés. Y además, por la configuración propia del código genético, muchas de las mutaciones (cambios en la base nitrogenada de un nucleótido), no afectan al aminoácido que será arrastrado por el codón correspondiente.
4º ¿Cómo se puede afirmar que la selección sexual ha jugado un importante papel en la separación de esos seis linajes que identifican? (aunque sólo hacen referencia a tres plumajes distintos: son grises con la espalda roja en Colorado, marrones con capucha negra en California o completamente grises en New Hampshire). Acaso ha observado en el campo el cortejo ante la presencia de gorriones de distinto plumaje para saber lo que hace escoger pareja a los machos y a las hembras de los gorriones, (tenía entendido que era el canto lo más importante) o es más bien un “brindis al sol” para pagar el tributo obligado al “gurú” Darwín, dando una referencia precisa a su segundo libro: El origen del hombre y la selección sexual.
Toda las informaciónes que dan, son sólo suposiciones indemostrables.

Por todo ello, no es de extrañar que el único comentario que aparece junto a ese artículo, en la web del diario El Mundo, es de alguien que ha tenido la paciencia de leerlo, y que no ha renunciado a razonar, y su comentario es escueto pero claro:  Cuanta palabrería para no decir nada.

Si esto es lo puntero en ornitología, para echarse a llorar.
Ángel Luis Hurtado
Semogil – 23 de Enero del 2.017


[1] C. Montes et al., Middle Miocene closure of the Central American Seaway, Science  10 Apr 2015:
Vol. 348, Issue 6231, pp. 226-229.