De las preguntas que nos hicimos en la primera entrada de esta serie, ésta es la pregunta más difícil de contestar, porque desentrañar el mecanismo, supone desentrañar una parte importante de la esencia de la naturaleza humana. Voy a intentar acercarme discretamente.
Se ha intentado explicar esta diversificación, atendiendo al consabido argumento evolutivo de mutaciones al azar y aislamiento geográfico de las poblaciones durante muchos milenios.
En cuanto a las mutaciones, vuelvo a insistir en que los genes contienen información para montar proteínas, no planos o diseños de seres, y a las pruebas me remito, todos los intentos que se han hecho hasta ahora de encontrar en los genes la respuesta, han sido desalentadores, no sólo hay personas con los cuatro grupos sanguíneos en las tres grandes razas, lo mismo ocurre con cualquier gen que se quiera comparar, varían los porcentajes, pero no hay manera de encontrar algún gen que sea específico de una raza, lo que ha llevado a decir un experto en este tema que: “la ascendencia biogeográfica basada genéticamente, asignada a cualquier persona, será ampliamente distribuida y estará acompañada de incertidumbres considerables (Pfaff et al., 2004).
Por ejemplo, los genes correspondientes a la melanina, la tiroxina y la tirosinasa, tres biomoléculas que intervienen en la producción y regulación de la cantidad de melanina, son semejantes en personas de raza negra y personas de raza blanca. El color de la piel no responde a los genes, sino a cómo y cuanto se expresan. Los fervientes evolucionistas apuntarán que hay otros “genes reguladores” que son los que regulan la producción o inhibición de esas sustancias mencionadas, y si se les aprieta dirán que existen otros genes que regulan la activación de los genes reguladores, y así de causa en causa se remontarán hasta que nos quede paciencia para escucharlos, porque si fuera tan simple como ellos plantean, sería tan sencillo como inyectar uno de esos genes reguladores al hijo aún no nacido de un matrimonio extremo oriental, y su niño sería negrito, y no sólo de piel, sino con todas las inferencias morfológicas de esa raza.
En cuanto al aislamiento geográfico, lo que hemos encontrado con más sentido es un fragmento del erudito trabajo del profesor J. P. Garrido Roiz en el que cita a un autor que plantea una hipótesis, basada en el aislamiento geográfico, sobre el origen de las tres razas:
“Se ignora el mecanismo del proceso de formación de troncos y variedades raciales; Von Eickstedt ha formulado una interesante y sugestiva teoría sobre cómo pudieron formarse estos troncos y variedades, considerando que los caucasoides, negroides y mongoloides se constituyeron en Asia durante las glaciaciones pleistocénicas al quedar diversos grupos de sapiens aislados por las cadenas montañosas cubiertas de hielo en las áreas situadas al N y al S de una divisoria formada por el Himalaya y montañas de Persia, Anatolia y el Cáucaso, estando la zona situada al N dividida a su vez en otras dos áreas, oriental y occidental, por los glaciares al N del lago Baikal y Altai. En estas tres áreas, los factores indicados anteriormente habrían dado lugar a la fijación de los caracteres de cada uno de estos troncos, originándose el negroide al S del Himalaya, el caucasoide al O del lago Baikal y Altai, y el mongoloide el E, o sea, en la parte oriental. El tronco primitivo, representado por los australoides y weddoides, habría iniciado su dispersión antes del pleistoceno y, por tanto, antes de la diferenciación que dio lugar a los distintos troncos, de ahí que resulte difícil su clasificación en ninguno de los troncos conocidos”.
Me parece una idea a tener en consideración, pero apunta dos detalles con los que no estoy de acuerdo, primero es que basa la diferenciación en el Homo sapiens dejando a un lado los hombres anteriores, como si fuesen de otra especie y todos de la misma raza; y segundo que plantea esta diferenciación en las glaciaciones pleistoceno, demasiado próximas para mi visión.
Una vez hecho este repaso a lo que se puede encontrar por ahí, voy a intentar aportar algunas ideas sobre esto.
1º - Si un individuo, o un grupo de una raza, se entremezcla con otra raza, su morfología se va diluyendo, de modo que si un hijo de un matrimonio mixto tiene el 50% de cada raza, es un “mestizo”, los hijos del mestizo con una natural de la zona, ya sólo tienen el 25% de la primera raza, y así en tres o cuatro generaciones se diluye la raza incorporada, no altera en absoluto la raza predominante.
2º - Existen muchos condicionantes sociales, culturales, lingüísticos, etc. Que condicionan la elección de pareja, baste ver como aunque pasen los siglos, en Sudáfrica sigue habiendo blancos y negros, y en EE.UU. hay negros, y blancos, anglosajones, arios polacos y mediterráneos italianos. Las razas y pueblos tienden a no mezclarse, y si se produce alguna mezcla, se diluye fácilmente.
3º - Los hijos muestran semejanza con los padres o especialmente con uno de los dos, de ahí el dicho: “no puedes negar de quién eres hijo”, esta semejanza muestra no sólo en el rostro, sino en toda la fisiología y organización morfológica del cuerpo la del progenitor, y esta a su vez es el resultado de una modalidad de la forma específica humana, que se expresa con el concurso de unos genes, en un ambiente geográfico y en una cultura concreta.
4º - Es propio de alguna tesis doctoral, una aproximación al modo y momento en que el alma espiritual humana creada por Dios, organiza, asume, o llama a la existencia, la materia organizada que proviene de los padres. En este sentido conviene recordar que: “No es posible que un hombre en concreto produzca absolutamente la naturaleza humana, porque de hacerlo, sería causa de sí mismo. Sólo hace que la naturaleza humana se reproduzca en otro hombre concreto engendrado, y para esto supone con anterioridad a lo que hace, una materia determinada a partir de la cual se hace un hombre concreto… por lo tanto ningún ser creado puede producir absolutamente otro ser, sino sólo en cuanto que causa el ser en tal sujeto. Para esto es necesario que lo que hace que tal sujeto sea este ser concreto, sea anterior a la acción con la cual el agente hace algo semejante a sí mismo”.[1]
5º - No puedo de momento avanzar en este punto más allá de estas consideraciones, estoy de acuerdo con la idea que subyace en las hipótesis del origen multi-regional: las razas ya existían en la época del homo erectus, así lo prueban los rasgos morfológicos de los restos encontrados en los cinco continentes, todos guardan semejanzas con las razas que en la actualidad son nativos de esos lugares. ¿cómo, qué mecanismo lo ha hecho posible, lo ignoramos por el momento?.
[1] Santo Tomás: Suma Teológica I c45 a5 rob1.