martes, 25 de enero de 2011

EL ORIGEN DE LAS RAZAS HUMANAS - 4



Caballero Hindú. Imagen de: Elabrazodeloso.foroactivo.com

¿CÓMO SE HAN ORIGINADO LAS TRES GRANDES RAZAS HUMANAS?.

De las preguntas que nos hicimos en la primera entrada de esta serie, ésta es la pregunta más difícil de contestar, porque desentrañar el mecanismo, supone desentrañar una parte importante de la esencia de la naturaleza humana. Voy a intentar acercarme discretamente.
Se ha intentado explicar esta diversificación, atendiendo al consabido argumento evolutivo de mutaciones al azar y aislamiento geográfico de las poblaciones durante muchos milenios.
En cuanto a las mutaciones, vuelvo a insistir en que los genes contienen información para montar proteínas, no planos o diseños de seres, y a las pruebas me remito, todos los intentos que se han hecho hasta ahora de encontrar en los genes la respuesta, han sido desalentadores, no sólo hay personas con los cuatro grupos sanguíneos en las tres grandes razas, lo mismo ocurre con cualquier gen que se quiera comparar, varían los porcentajes, pero no hay manera de encontrar algún gen que sea específico de una raza, lo que ha llevado a decir un experto en este tema que: “la ascendencia biogeográfica basada genéticamente, asignada a cualquier persona, será ampliamente distribuida y estará acompañada de incertidumbres considerables (Pfaff et al., 2004).
Por ejemplo, los genes correspondientes a la melanina, la tiroxina y la tirosinasa, tres biomoléculas que intervienen en la producción y regulación de la cantidad de melanina, son semejantes en personas de raza negra y personas de raza blanca. El color de la piel no responde a los genes, sino a cómo y cuanto se expresan. Los fervientes evolucionistas apuntarán que hay otros “genes reguladores” que son los que regulan la producción o inhibición de esas sustancias mencionadas, y si se les aprieta dirán que existen otros genes que regulan la activación de los genes reguladores, y así de causa en causa se remontarán hasta que nos quede paciencia para escucharlos, porque si fuera tan simple como ellos plantean, sería tan sencillo como inyectar uno de esos genes reguladores al hijo aún no nacido de un matrimonio extremo oriental, y su niño sería negrito, y no sólo de piel, sino con todas las inferencias morfológicas de esa raza.


En cuanto al aislamiento geográfico, lo que hemos encontrado con más sentido es un fragmento del erudito trabajo del profesor J. P. Garrido Roiz en el que cita a un autor que plantea una hipótesis, basada en el aislamiento geográfico, sobre el origen de las tres razas:
“Se ignora el mecanismo del proceso de formación de troncos y variedades raciales; Von Eickstedt ha formulado una interesante y sugestiva teoría sobre cómo pudieron formarse estos troncos y variedades, considerando que los caucasoides, negroides y mongoloides se constituyeron en Asia durante las glaciaciones pleistocénicas al quedar diversos grupos de sapiens aislados por las cadenas montañosas cubiertas de hielo en las áreas situadas al N y al S de una divisoria formada por el Himalaya y montañas de Persia, Anatolia y el Cáucaso, estando la zona situada al N dividida a su vez en otras dos áreas, oriental y occidental, por los glaciares al N del lago Baikal y Altai. En estas tres áreas, los factores indicados anteriormente habrían dado lugar a la fijación de los caracteres de cada uno de estos troncos, originándose el negroide al S del Himalaya, el caucasoide al O del lago Baikal y Altai, y el mongoloide el E, o sea, en la parte oriental. El tronco primitivo, representado por los australoides y weddoides, habría iniciado su dispersión antes del pleistoceno y, por tanto, antes de la diferenciación que dio lugar a los distintos troncos, de ahí que resulte difícil su clasificación en ninguno de los troncos conocidos”.
Me parece una idea a tener en consideración, pero apunta dos detalles con los que no estoy de acuerdo, primero es que basa la diferenciación en el Homo sapiens dejando a un lado los hombres anteriores, como si fuesen de otra especie y todos de la misma raza; y segundo que plantea esta diferenciación en las glaciaciones pleistoceno, demasiado próximas para mi visión.
Una vez hecho este repaso a lo que se puede encontrar por ahí, voy a intentar aportar algunas ideas sobre esto.
1º - Si un individuo, o un grupo de una raza, se entremezcla con otra raza, su morfología se va diluyendo, de modo que si un hijo de un matrimonio mixto tiene el 50% de cada raza, es un “mestizo”, los hijos del mestizo con una natural de la zona, ya sólo tienen el 25% de la primera raza, y así en tres o cuatro generaciones se diluye la raza incorporada, no altera en absoluto la raza predominante.
2º - Existen muchos condicionantes sociales, culturales, lingüísticos, etc. Que condicionan la elección de pareja, baste ver como aunque pasen los siglos, en Sudáfrica sigue habiendo blancos y negros, y en EE.UU. hay negros, y blancos, anglosajones, arios polacos y mediterráneos italianos. Las razas y pueblos tienden a no mezclarse, y si se produce alguna mezcla, se diluye fácilmente.

3º - Los hijos muestran semejanza con los padres o especialmente con uno de los dos, de ahí el dicho: “no puedes negar de quién eres hijo”, esta semejanza muestra no sólo en el rostro, sino en toda la fisiología y organización morfológica del cuerpo la del progenitor, y esta a su vez es el resultado de una modalidad de la forma específica humana, que se expresa con el concurso de unos genes, en un ambiente geográfico y en una cultura concreta.
4º - Es propio de alguna tesis doctoral, una aproximación al modo y momento en que el alma espiritual humana creada por Dios, organiza, asume, o llama a la existencia, la materia organizada que proviene de los padres. En este sentido conviene recordar que: “No es posible que un hombre en concreto produzca absolutamente la naturaleza humana, porque de hacerlo, sería causa de sí mismo. Sólo hace que la naturaleza humana se reproduzca en otro hombre concreto engendrado, y para esto supone con anterioridad a lo que hace, una materia determinada a partir de la cual se hace un hombre concreto… por lo tanto ningún ser creado puede producir absolutamente otro ser, sino sólo en cuanto que causa el ser en tal sujeto. Para esto es necesario que lo que hace que tal sujeto sea este ser concreto, sea anterior a la acción con la cual el agente hace algo semejante a sí mismo”.[1]
5º - No puedo de momento avanzar en este punto más allá de estas consideraciones, estoy de acuerdo con la idea que subyace en las hipótesis del origen multi-regional: las razas ya existían en la época del homo erectus, así lo prueban los rasgos morfológicos de los restos encontrados en los cinco continentes, todos guardan semejanzas con las razas que en la actualidad son nativos de esos lugares. ¿cómo, qué mecanismo lo ha hecho posible, lo ignoramos por el momento?.


[1] Santo Tomás: Suma Teológica I c45 a5 rob1.

Semogil 25 de Enero del 2.011

jueves, 13 de enero de 2011

EL ORIGEN DE LAS RAZAS HUMANAS - 3

¿POR QUÉ SON TRES LAS GRANDES RAZAS HUMANAS?


Para poder encontrar una respuesta con sentido a esa pregunta, que trata de números, sólo podemos recurrir a las matemáticas que los conoce, los comprende y los usa; y a la simbología, ésta última no se estudia como tal en ninguna universidad, y aunque a algunos les pueda parecer un tipo de conocimiento subjetivo y sin fundamento real, vamos a poder apreciar cómo si no se fantasea, es algo muy real y cercano.
En primer lugar, ¿por qué no es adecuado que existiese solamente una raza dentro de la especie humana?. Al ser el hombre un espíritu encarnado, con un cuerpo sometido a la corrupción, era necesaria la multiplicidad de individuos: “En los seres incorruptibles (ángeles, arcángeles etc.), no hay más que un individuo de una especie, porque la especie se conserva de modo suficiente en uno sólo. No obstante en los seres sometidos a la generación y corrupción, hay muchos individuos de una especie para conservar la especie.”[1]
El número uno, es el primero y el que genera todos los demás por adicción, su carácter único hace que vuelva sobre él mismo, su raíz, sus potencias. No afecta a otros números si se multiplican o se dividen por él… Parece más apropiado al Creador, al origen, que a las criaturas.
Era muy conveniente la existencia de más de una raza, para impulsar la atención del hombre hacia su propio interior y hacia el interior del otro, si morfológicamente somos tan distintos, lo que nos hace realmente humanos, lo que importa, lo que tenemos en común, está dentro, está oculto.
¿Por qué no es apropiado que existiesen dos razas humanas?
El número dos es el par, es el generador de la multiplicación, está estrechamente relacionado con las superficies, pero no es capaz de encerrar ninguna, es como una puerta, un paso hacia otra cosa, hacia otro sitio.

Dualidad; imagen de: www.vivirconfundamento.com

La dualidad puede significarse de dos modos, el primero es el de los opuestos, como la luz y las tinieblas, el frio y el calor, el blanco y el negro, la alegría y la tristeza etc. En todos estos casos, uno de los dos opuestos no tiene existencia real, es simplemente la ausencia del otro lo que llamamos con ese nombre. El segundo modo es el de dos “iguales”, inevitablemente antes o después, esta dualidad desemboca en enfrentamiento, en oposición, en competitividad. La subjetividad hace del otro algo distinto a uno mismo, hace de él el enemigo, aún sin serlo.
¿Por qué es adecuado y conveniente que existiesen tres razas humanas?.
El número tres es la letra omega, la última, colocada verticalmente. Por mucho que se multiplique, todos los números engendrados por él, guardan en la suma de sus cifras el número tres. El exponente tres, el “cubo” se refiere a cuerpos con volumen, con existencia y dimensiones según las tres coordenadas del espacio.
El tres, es el número que es capaz de encerrar la figura más armónica (después del círculo reservado a los cuerpos celestes), el triángulo equilátero, el triángulo más perfecto, que además es generado por la unión de dos triángulos rectángulos unidos por su cateto mayor, dos triángulos rectángulos perfectos, con sus ángulos de 30, 60 y 90 grados. El triángulo equilátero es el símbolo de la armonía, del equilibrio entre los dos platillos de la balanza. En astrología, los planetas que se colocan en el cielo formando un trígono, se armonizan y potencian respectivamente. En un encuentro deportivo, la competitividad entre los dos rivales, se armoniza por la figura del árbitro. En un juicio acusador y acusado encuentran la solución por la figura del juez. En un matrimonio, las tensiones y enfrentamientos se armonizan por la presencia del Espíritu Santo.

Al ser el hombre la única criatura creada a imagen y semejanza de Dios, de Dios Trinitario, Dios dispuso que hubiesen tres grandes razas humanas a modo de las tres personas divinas: “Defender que el hombre ha sido hecho sólo a imagen del Hijo es erróneo, primero porque dado que el Hijo es semejante al Padre en igualdad de esencia, de haber sido hecho el hombre a imagen del Hijo, lo habría sido a imagen del Padre. Y segundo porque si el hombre hubiera sido hecho solamente a imagen del Hijo, no hubiera dicho el Padre “hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra”, sino a imagen y semejanza tuya.[2]
Independientemente de que podamos más adelante analizar cómo se originaron las tres grandes razas humanas, los “cómo”, nunca son la cusa, pues: “La diversificación y la multitud de las cosas proviene de la intención del primer agente, que es Dios. Pues produjo las cosas en su ser, por su bondad, que comunicó a las criaturas y para representarla en ellas. Y como quiera que esa bondad no podía ser representada correctamente por una sola criatura, produjo muchas y diversas a fin de que lo que faltaba a cada una para representar la bondad divina, fuera suplido por las otras.[3]
Existen pues tres razas humanas por voluntad divina, como un sello de la semejanza del hombre con la Santísima Trinidad y para bien, riqueza y armonía de la especie humana.
El número cuatro es un juego del dos, está más bien relacionado con la medida del tiempo, con las estaciones, las fases de la luna, la solidez del cuadrado.
El número cinco es para la belleza de las flores y para los equinodermos.
El número seis es un juego del tres, el hexágono se genera por dos triángulos equiláteros.
El siete está reservado para las armonías de los sentidos, los colores del espectro luminoso, las notas musicales etc.
El ocho es el infinito vertical, es para los que entraron en el arca, es el día de la Resurrección, el paso intermedio entre el cuadrado y el círculo, entre la tierra y el cielo.
El número nueve es un juego doble del tres.

[1] Santo Tomás: Suma Teológica I c47 a2 sol.
[2] Santo Tomás: Suma Teológica I c93 a5 rob4.
[3] Santo Tomás: Suma Teológica I c47 a1 sol.
Semogil 14 de Enero del 2.011.

domingo, 9 de enero de 2011

EL ORIGEN DE LAS RAZAS HUMANAS - 2


Imagen de: http://www.elabrazodeloso.foroactivo.com/


Antes de profundizar en este misterioso tema, parece adecuado recordar algunas cuestiones que aunque ya las he tratado en otras entradas, es seguro que no están presentes en la mente del que pueda leer esto.
1 - No es lo mismo la FORMA que la MORFOLOGÍA. La forma es lo propio de todos los individuos de la especie humana, les corresponde por naturaleza, está relacionada con su esencia, cuando veo venir de muy lejos a un ser humano, percibo que es un ser humano, aún cuando no puedo distinguir su morfología, no sé si es negro, alto o tiene el pelo rizado, pero es seguro que no es un hipopótamo, ni un perro, ni un chimpancé. Pero hasta esta imagen no es completa para entender lo que quiero decir. Si escucho unas palabras, también sé que es un ser humano el que las pronuncia. Si leo un libro, se que ha sido un ser humano el que lo ha escrito, si encuentro un hueso tallado, se que ha sido un ser humano el que lo ha hecho, porque todo eso y mucho más corresponde a la naturaleza, a la FORMA humana, que mi entendimiento conoce, y eso, me permite distinguir lo humano de lo que no lo es.
Si hablamos de razas humanas, hablamos de la variedad morfológica que existe entre los individuos de la especie humana, variedades en cuanto a su aspecto, a sus rasgos e incluso a nivel general o estadístico, a determinadas proporciones entre sus partes o a diferencias fisiológicas interiores de menor entidad. En ningún caso nos referimos a variedades en la forma humana, que es única y específica.
Imagen de un niño subsahariano al llegar a Europa. Imagen de: http:navegandopormisorillas.blogspot.com.

2 – Es una tesis repetida hasta la saciedad que los genes son los responsables de la morfología. Pero esa tesis se ha mostrado infundada, ahora que se conoce más sobre los genes y el funcionamiento del ADN, sabemos que los genes contienen la información para montar proteínas, pero no contienen planos de organismos ni esquemas de rasgos. Es el “programa de desarrollo genético”, el modo ordenado y preciso en el que los genes se van activando y desactivando paulatinamente, las cascadas precisas de diferenciaciones celulares, la interacción entre el organismo materno, el nuevo ser y la “memoria” celular, lo que “construye” el nuevo ser. Todo esto, programa, memoria, orden, plan etc. Son entelequias, son algo inmaterial, el hecho de que se utilicen átomos de carbono, fósforo, oxígeno, Hidrógeno, Nitrógeno y otros elementos organizados en biomoléculas para llevar adelante ese plan, no nos autoriza a decir que las biomoléculas montan el ser, las herramientas no son el artista. El alma es la forma sustancial del cuerpo. Es el alma humana la que organiza el cuerpo humano, el ADN, el ARNm, el ARNt, etc. son herramientas maravillosas, pero no son la vida, y si alguien lo duda, que deje encima de la mesa un montón de cromosomas a ver si se organiza algún ser vivo.
3 – En la entrada anterior, descartamos el poligenismo, no es aceptable que las tres razas humanas existiesen como tales desde el principio, eso exigiría tres orígenes distintos, y eso parece incompatible con la interfecundidad, con determinados aspectos histológicos, por ejemplo, la existencia en las tres razas de los mismos grupos sanguíneos, pero sobre todo parece incompatible con la común dimensión espiritual de todos los seres humanos, que gozamos del mismo entendimiento, articulado de modo semejante como queda patente en que nuestra comunicación puede alcanzar los más profundos niveles de abstracción. Etc.
Así pues, recapitulamos: Todos los seres humanos compartimos la misma esencia, tenemos forma humana, nos distinguimos en cuestiones meramente morfológicas, y tenemos un origen común.
Niños amazónicos. Imagen de: http://www.ecodimio.eleconomista.es/

Las preguntas pertinentes serían:

¿Por qué existen tres grandes razas humanas y no 4 o 7?.
¿Por qué es así, es conveniente por algo, refleja alguna intención?.
¿Cómo ha tenido lugar esta diversificación?.
¿Desde cuándo existen esas tres grandes razas?.
¿Qué caracteriza a cada una de ellas?.
¿Todos los tipos morfológicos humanos actuales se pueden asociar fácilmente a alguno de esos tres grupos?.
¿Es posible que la globalización social funda las tres razas en una sola?.
Son preguntas difíciles, es seguro que hoy no podemos dar una respuesta completamente satisfactoria a algunas de ellas, pero vamos a intentar acercarnos lo posible en la medida de nuestras fuerzas a una respuesta razonable para cada una. Si algún lector del blog encuentra en su interior alguna pregunta más, o tiene alguna respuesta, ánimo, adelante.
Semogil 9 de Enero del 2.011